
La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, tiene muy claro que el desarrollo económico y social en el País Vasco se sustenta básicamente en la industria, sector en el que se basa gran parte del desarrollo tecnológico. Además, por cada empleo industrial generado, se propicia el surgimiento de otros tres puestos de trabajo en otros sectores. Por eso, entre sus prioridades está que la industria vuelva a representar al menos el 25 por ciento del PIB y, para ello, una de las grandes apuestas es el sector de la energía y el avance transversal de lo que se está denominando Industria 4.0, la digitalización. Tapia asegura que la automatización industrial no es algo nuevo, proviene de la primera revolución industrial, pero la diferencia con la actual es la velocidad del cambio.
Si miramos la actualidad vemos la enorme preocupación que están generando los ciberataques. ¿En qué situación se encuentra Euskadi? ¿Qué respuesta puede dar el recién creado centro vasco de ciberseguridad?
Es un problema que está de plena actualidad. Los delitos cibernéticos son cada vez mayores. En una jornada en la que estuve recientemente escuché a un técnico de una relevante compañía tecnológica decir que hay dos tipos de empresas y usuarios: los que han sido atacados y los que no saben que han sido atacados. No es cuestión de alarmarse, sino de ser conscientes de que hay que estar prevenidos. Es ahí donde se inscribe el centro de ciberseguridad que acabamos de poner en marcha desde la SPRI y el Departamento de Seguridad.
¿Qué puede hacer el centro en estos casos?
En un ciberataque habitual, entre que te atacan y te das cuenta, puede haber pasado un año, tranquilamente. Por lo tanto, lo primero es la prevención, debemos asumir todos (usuarios, Administración y empresas) que tenemos que disponer de planes de ciberseguridad. No todo el mundo tiene capacidad para tener planes, especialmente las pymes, por eso surge este centro. Podremos avisar de las alertas, facilitar manuales de buenas prácticas e incluso, en algunos casos, una primera intervención. Pero no vamos a operar como empresa de seguridad, para eso ya hay empresas en el mercado. Además, esto también es una gran oportunidad para nuestras empresas y startups.
¿Qué tipo de oportunidad?
Los ataques están ahí y van a seguir. Hay que convertir esos ataques en una oportunidad de crecimiento económico, de generación de empresas y de empleo nuevo y diverso. Y esos son los dos objetivos que tenemos: ayudar a las compañías frente a los ataques y propiciar la consolidación de un sector de seguridad tecnológicamente avanzado que ayude a nuestras pymes a estar seguras.
A pesar de que socialmente se reclaman más energías renovables, en el País Vasco no estamos en los puestos de cabeza en producción, y cada vez que se plantea una nueva instalación, las movilizaciones contrarias son muy fuertes, ¿qué se puede hacer?
Es cierto, todo el mundo apoya las energías renovables, pero luego, en Euskadi, solo tenemos cuatro parques eólicos. En esta legislatura, vamos a tratar de analizar con los diferentes grupos parlamentarios la forma de reavivar un nuevo Plan Territorial Sectorial (PTS) que nos permita analizar un mapa de vientos y diferentes posibilidades para poder aumentar la producción eólica terrestre. Si no, en cualquier caso, seguiremos por la vía actual, evidentemente, de continuar trabajando con nuestro parque de proveedores, de desarrollar las energías del mar, tanto maremotriz, undimotriz o energía eólica marina, pero a través de investigación y de parque de proveedores.
¿En qué fase se encuentra el Centro de Fabricación Avanzada Eólica?
El Windbox continúa avanzando. La primera fase de I+D está ya en marcha y ahora lo que queremos es pasar a la fase de los procesos preproductivos, para llegar hacia los prototipos. Ahora se está trabajando también en la configuración del tercer banco de ensayos, en el de mayor dimensión, donde se puedan analizar tres apalas en funcionamiento. Las empresas que participan en Winbox están muy interesadas porque les está yendo muy bien. Además, este centro está logrando otro de sus objetivos prioritarios: que puedan trabajar conjuntamente grandes empresas con pymes. En centros como este, pequeños proveedores se pueden convertir en colaboradores que ofrezcan soluciones a una gran multinacional.
Ha pasado un año desde la puesta en marcha del Programa de Apoyo Financiero a Inversiones en I+D+i y Eficiencia Energética, que preveía movilizar inversiones por más de 200 millones, ¿qué resultados hay?
La industria vasca, sobre todo los grandes consumidores de energía, ha hecho muchas inversiones para reducir su consumo energético y creo que son bastante eficientes. Pero en relación a este mecanismo de apoyo financiero, dirigido más a las pymes, estamos un poco decepcionados por los resultados. Creo que hay actuaciones a las que no hemos podido llegar, y otras en las que las empresas estaban buscando más la subvención que lo que es este programa, un programa de préstamos en el que participan las entidades financieras. Por eso, estamos trabajando para ver la forma de avanzar, conjuntamente con las entidades financieras, para tratar de lograr que puedan desarrollarse los proyectos.
En un sector como la energía, que está totalmente globalizado y en el que la dimensión parece un factor determinante, ¿cómo ve el entramado auxiliar vasco?
En Euskadi tenemos varias grandes multinacionales energéticas cuyo papel es muy relevante para la industria de componentes. Estas empresas tractoras pueden propiciar que los proveedores vascos se conviertan en colaboradores que ofrezcan soluciones integradas a una gran multinacional.¿Podríamos hablar de alianzas temporales por proyectos, al estilo de las uniones temporales de empresas que se emplean en el sector de la construcción?Sí, podría ser. También otro ejemplo de esto es lo que hemos mencionado del CFA o Windbox, donde la base está en la colaboración para resolver las necesidades de los clientes, de los retos tecnológicos de los clientes.Una de sus prioridades ha sido la eliminación del sobrecoste de los peajes eléctricos en Euskadi en las líneas eléctricas.
¿Qué implica exactamente el acuerdo alcanzado con el Ministerio?
El tema de los peajes para las líneas de 30 y 36 kilovoltios, como estaban establecidos, suponía una pérdida de competitividad para nuestra industria. Implicaba unos peajes extra de unos 100 millones de euros. En la primera parte de la negociación, se consiguió una primera rebaja que suponía unos 50 millones de euros. Con esta segunda, una vez que se haya aprobado el decreto con todos los condicionantes, reduciríamos otros 50 millones de euros. No estábamos buscando privilegios, sino estar en las mismas condiciones que nuestros vecinos. Otra cosa es que los grandes consumidores de energía todavía están trabajando con el tema de la interrumpibilidad... Además, otra cuestión de fondo es el precio de la electricidad. En la factura eléctrica se puede observar que el coste energético representa solo el 46 por ciento del total y el resto son impuestos...