El conflicto comercial que enfrenta a EEUU y la UE desde 2004 llega a su fin con el acuerdo de Washington y Bruselas para retirar aranceles. Es un acontecimiento que debe aplaudirse.
No sólo termina uno de los conflictos económicos más prolongados que se recuerdan; además, debe subrayarse que fue especialmente nocivo por el gran número de sectores a los que afectó. El contencioso nació en el ámbito aeronáutico, por las ayudas de Estado a Boeing y Airbus, pero la OMC permitió penalizaciones en las ventas mutuas de maquinaria, automóviles y, sobre todo, productos agrícolas. La eliminación de los aranceles es así un paso crucial para que los sectores españoles del vino, el aceite o el queso puedan recuperar cuota en EEUU.