
Nunca antes, en 20 años de negociación, el acuerdo comercial UE-Mercosur estuvo tan cerca de aprobarse. La luz verde se puede casi garantizar gracias a que el blindaje para productos agrícolas convence incluso al principal opositor al pacto: Francia. El acceso al mercado comunitario tendrá límites claros para el vacuno, las aves de corral o el azúcar. Además, Bruselas se reserva el derecho a actuar si juzga excesivo el nivel de importaciones en alguna de las rúbricas que abarca el pacto. Sin Francia, Polonia no puede formar una minoría de bloqueo, aunque le apoye Italia. Nace así un acuerdo positivo que, en plena guerra arancelaria con EEUU, reporta ventajas a países como España como la eliminación de tasas al aceite y vino en gran parte de América Latina.