Opinión

Turismo: octubre ya compite con agosto

  • A finales de 2025 habremos tenido un alza del gasto de turistas extranjeros de alrededor del 3%
  • El repunte de los precios de hoteles, restaurantes y transporte ha superado la inflación

El turismo español cerrará 2025 con un crecimiento ligeramente superior al de la economía en general. El impulso pospandemia se ha agotado y el sector regresa a una senda más estable. La temporada alta de julio y agosto pierde peso frente a la primavera y al otoño, con un 10% más de visitantes en esas fechas, lo mismo que en el resto de Europa, según los grandes turoperadores y la European Travel Commission.

Ya tenemos suficientes datos para hacer una evaluación de la situación turística de este año. Como señalaba la prensa británica refiriéndose al turismo emisor de ese país, "octubre es el nuevo agosto", una frase que resume muy bien la tendencia. El balance provisional indica que, al terminar 2025, habremos tenido un crecimiento del gasto de los turistas extranjeros de alrededor del 3%, en términos nominales.

Los principales países emisores —Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia— ya han desplazado parte de sus viajes hacia la primavera y el otoño. Las razones son claras: temperaturas extremas en pleno verano, riesgo de incendios, confirmado este año, destinos saturados y una diferencia de precios que puede alcanzar hasta el 40% en los paquetes turísticos.

Las comunidades que siguen concentrando la mayor parte de la demanda son Cataluña, Canarias, Baleares, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana. El repunte de los precios de hoteles, restaurantes y transporte aéreo ha superado con creces la inflación general, lo que afecta al gasto de los turistas. Desde 2018, el porcentaje de viajes realizados entre junio y agosto ha descendido cada año, aunque el número total de visitantes continúe creciendo.

Las familias con hijos en edad escolar siguen obligadas a viajar en verano. Una parte de ellas ha optado por Turquía, que ofrece precios más bajos que España en la modalidad de todo incluido . Sin embargo, cada vez hay más viajeros sin ataduras familiares que pueden organizar sus desplazamientos en cualquier momento del año. Entre ellos se encuentran jubilados, parejas cuyos hijos ya son adultos y trabajadores con fórmulas flexibles de teletrabajo. Este grupo es el que está alimentando la desestacionalización del sector.

Al mismo tiempo, crece la atracción por destinos del norte de Europa. La prensa británica ha bautizado este fenómeno como coolcations, vacaciones en lugares frescos . Los países nórdicos y bálticos han ampliado su oferta y compiten con éxito en segmentos de clientes que antes se dirigían casi exclusivamente al Mediterráneo. España sufre en consecuencia una presión competitiva distinta de la habitual, ya no solo de Turquía o Grecia, sino también de Escandinavia o el Báltico.

El mercado estadounidense, que registró un gran impulso en el primer semestre, se ha frenado en la segunda parte del año. La depreciación del dólar frente al euro encarece la estancia en España y la incertidumbre económica en Estados Unidos desincentiva el gasto en viajes de larga distancia. El turismo asiático, por su parte, no han recuperado las cifras previas a la pandemia. Los flujos desde China, Japón y Corea siguen lejos de su potencial.

Este año muchos más españoles han viajado más al extranjero, atraídos por precios competitivos. En España ha aumentado el peso de la vivienda turística y la vivienda propia o casas de familiares y amigos. En algunos casos, esta tendencia oculta la existencia de alquileres no declarados, que escapan a las estadísticas oficiales y a la tributación. También los cruceros han crecido más que la media.

Otro elemento destacado de 2025 ha sido la "marcha hacia el norte" . Galicia, Asturias y Cantabria han tenido un comienzo de verano excepcional, beneficiadas por temperaturas más suaves y un entorno menos masificado que en el Mediterráneo. Este trasvase de demanda confirma que el cambio climático influye cada vez más en la elección de destino. El norte peninsular se consolida como alternativa real al sur , el levante y las islas, tanto para turistas nacionales como internacionales. Afortunadamente para el sector turístico los terribles incendios de agosto no han afectado a las zonas turísticas. Ha sido también un verano de tik-tok con los influencers intentando descubrirnos lugares secretos.

A pesar de la expansión, no llegaremos a los 100 millones de turistas internacionales, una cifra simbólica que algunos consideran problemática por la teórica saturación que conllevaría. No obstante, los problemas de masificación siguen presentes en varias zonas. La presión sobre recursos naturales, infraestructuras urbanas y espacios públicos continúa generando tensiones.

Los ayuntamientos más afectados han reclamado instrumentos adicionales para gestionar la carga turística, aunque el debate político sobre límites y tasas sigue abierto y sin consenso, aunque cada vez más municipios opten por las tasas.

Las perspectivas a medio plazo dependerán de varios factores: la evolución del clima en el Mediterráneo, la política de precios de hoteles y aerolíneas, el tipo de cambio del euro frente a otras divisas y la recuperación de los mercados lejanos. Al mismo tiempo, España tendrá que gestionar con cuidado el equilibrio entre volumen y gasto de los visitantes, una tarea que exige coordinación entre administraciones y entre estas y las empresas.

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