Opinión

La bola de nieve de la deuda

  • La deuda pública ha crecido en más de 70.000 millones de euros en el primer semestre, la mayor subida desde la pandemia y alcanza un máximo histórico de 1,69 billones
  • Con Sánchez los españoles pagamos más impuestos que nunca, estamos más endeudados que nunca y tenemos los peores servicios de la historia
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Coincidiendo prácticamente en el tiempo con el anuncio de condonar 83.252 millones de deuda a las comunidades autónomas por boca de la ministra Montero, que lo es de Hacienda a tiempo parcial, porque comparte pluriempleo con la candidatura a las elecciones andaluzas y la vicesecretaría general del PSOE, el Banco de España hacía públicos los datos de la deuda pública española que durante el primer semestre de este año ha crecido en más de 70.000 millones de euros, la mayor subida desde la pandemia y 20.000 millones más que entre enero y junio de 2024.

Un aumento que ha elevado el saldo de la deuda hasta los 1,69 billones de euros, nuevo máximo histórico y como consecuencia la Intervención General de la Administración del Estado confirma que entre enero y junio España ha tenido abonar a sus acreedores 11.358 millones de euros un 12,36% más que en el mismo periodo de 2024, cuando se habían abonado 10.108 millones, mientras que las últimas estimaciones de los analistas y las instituciones económicas afirman que España destinará este año 42.000 millones de euros a pagar los intereses de la deuda, cifra cuatro veces superior al gasto del Estado en infraestructuras y seguridad y que elevará la carga de la deuda al 2,5% del PIB, con previsiones de seguir subiendo hasta el 2,9% del PIB en 2029.

Un pago de intereses que limita también la capacidad del gobierno para realizar inversiones en carreteras o ferrocarriles, educación, salud y otros sectores esenciales. Como explican la teoría y la lógica económica, un elevado servicio de la deuda implica que una parte importante del presupuesto del Estado se destina al pago de intereses, lo que reduce los fondos disponibles para inversiones públicas en otros gastos fundamentales, lo que puede ralentizar el crecimiento de la economía a largo plazo.

Cierto que pese a este crecimiento en cifras absolutas, en porcentaje del PIB nuestra deuda pública moderó su peso sobre el Producto Interior Bruto al 103,4%, lo que supone un descenso de 1,9 puntos porcentuales respecto a hace un año, pero se trata de una mejora aparente y engañosa porque está adulterada por la inflación y el crecimiento económico, dos factores que reducen el peso relativo en el pasivo. Aunque, como hemos reiterado en ocasiones, el crecimiento de la economía española está dopado por la llegada de los fondos europeos, el turismo y el desmesurado gasto público. Y la única y alarmante realidad es que España se encuentra más endeudada que antes en euros.

En todo caso, este peso de la deuda en el PIB supera ampliamente el máximo del 60% que marcan las reglas fiscales de la UE, con el añadido de que en su última actualización de previsiones, la Comisión Europea advierte ya de que la deuda española no bajará del 100% en el medio plazo y se estancará por encima del nivel previo a la pandemia, mientras que el gasto en intereses crecerá más que el PIB a partir de 2026.

En la misma línea la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también ha alertado en sus últimos informes de que España entrará en una "bola de nieve" en la que el diferencial positivo entre el tipo de interés y el crecimiento económico agravarán la dinámica de la deuda que, recordemos, es un auténtico impuesto en diferido que genera un lastre para nuestra capacidad de crecimiento económico y una herencia envenenada a las jóvenes generaciones.

Pero lo más grave del asunto es que este desmesurado endeudamiento se produce cuando Hacienda sigue batiendo récords de recaudación por impuestos. Los últimos datos de la Agencia Tributaria muestran que entre enero y mayo de este año los ingresos fiscales del Gobierno se elevaron a 122.082 millones de euros, con un incremento interanual del 11,5%, y las estimaciones para el conjunto de 2025 apuntan a que los españoles pagaremos 170.000 millones más en impuestos con respecto a 2018, año de la llegada de Pedro Sánchez al poder, lo que supone 3.500 euros por persona y 14.000 euros para una familia de cuatro miembros. Y todo esto con un gasto público disparado.

Pues eso, que con Sánchez los españoles pagamos más impuestos que nunca, estamos más endeudados que nunca y tenemos los peores servicios de la historia. ¿A dónde va nuestro dinero?

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