
Israel atacó Irán el 13 de junio pasado porque calculó que existía una oportunidad de oro debido a la confluencia de dos factores decisivos.
El "eje de la resistencia" apadrinado por Teherán sufrió un castigo severo desde que el grupo terrorista Hamás asaltó el territorio israelí el 7 de octubre de 2023. Todos los componentes de ese "círculo de fuego" en torno a Israel fueron debilitados significativamente entre octubre de 2023 y junio de 2025, hasta el punto de que no pudieron ayudar a Irán durante esta "Guerra de los 12 días".
Las milicias chiíes de Irak están divididas y se mantuvieron al margen, las capacidades de los hutíes del Yemen están tan degradadas que no pudieron hacer mucho, el Hizbulá libanés rechazó la invitación iraní de involucrarse y Hamás está por desaparecer en Gaza.
Israel escribió el epitafio de este "eje de la resistencia" cuando el 1 de abril de 2024 golpeó al Consulado de Irán en Damasco, donde dieciséis jefes militares del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y de su Fuerza Quds fueron eliminados.
Los tiempos en los que la Inteligencia turca interceptaba $156 millones o el gobierno sirio de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) encontraba $46 millones en maletas dentro de la embajada de Irán en Damasco, todos ellos de origen iraní y con destino a Hizbulá, pueden ser historia. Por último, el CGRI está eclipsado militarmente dentro de Irán, aunque mantiene su lealtad política al régimen.
El gobierno israelí no quiso perder la inercia del momento en el que el castigo a Irán en el Oriente Próximo estaba siendo tan pavoroso.
Asimismo, el desarrollo del programa nuclear iraní se había acercado de forma amenazante a un punto crítico para la seguridad de Israel, aunque no estuviera claro si Irán pretendía lanzar un ataque nuclear inmediatamente.
La "Operación León Rampante (OLR)" israelí tenía tres objetivos, entre los que no se encontraba el cambio de régimen político en Teherán. Jerusalén quería eliminar los esfuerzos nucleares y las capacidades balísticas y de misiles iraníes y crear un contexto para un acuerdo futuro con Teherán.
El programa nuclear iraní sufrió extraordinariamente, aunque mantiene parte de sus capacidades, de su base industrial y de su conocimiento. Irán podría haber preservado tras los ataques unos 400 kilos de uranio enriquecido, a los que se les podría incrementar su enriquecimiento del 60% al 90% de forma clandestina en unos cuatro meses, lo que permitiría ensamblar dos bombas atómicas.
Dicho programa no ha sido eliminado en su totalidad e Irán ha dejado claro que no quiere abandonar la ambición de convertirse en una potencia regional nuclear. Estas capacidades supervivientes y la voluntad del régimen de los ayatolás de seguir adelante con este plan hacen que la situación sea muy inestable, mientras no se llegue a un acuerdo político.
Las probabilidades de que el conflicto se reproduzca son elevadas en el corto plazo.
Las Fuerzas de Defensa de Israel destruyeron unos 100 misiles y más de la mitad de sus vectores de proyección, lo que ha colocado al sistema iraní de lanzamiento de aquellos contra el territorio israelí en una situación muy difícil.
No obstante, Irán disparó decenas de misiles contra Israel y algunos de ellos penetraron su sistema de defensa e impactaron sobre los objetivos. Sin embargo, Teherán no pudo derribar ni uno solo de los aviones de combate israelíes.
El éxito de Israel durante la "Guerra de los 12 días" contra Irán se ha cimentado sobre la infiltración profunda lograda por la Inteligencia israelí. La precisión de los ataques israelíes contra instalaciones nucleares y militares y contra científicos nucleares o líderes de las Fuerzas Armadas o del CGRI ha sido impresionante. Israel decapitó dicha comunidad de científicos y el liderazgo de sus Fuerzas Armadas y del CGRI.
La reacción del gobierno de Teherán fue desencadenar una operación de represión interna e incrementar la red de seguridad en torno a sus propios servicios de Inteligencia y a los líderes de su complejo de defensa y de seguridad.
La visión en Israel es pesimista sobre el futuro inmediato porque ve muy difícil que el gobierno iraní acepte llegar a un acuerdo que suponga el desmantelamiento de sus aspiraciones nucleares en su totalidad. Israel alcanzó la mayoría de los objetivos tácticos de la OLR, aunque los estratégicos aún están por alcanzarse.