Madrid
Pese al discurso triunfalista del Gobierno sobre la recuperación del empleo, los datos reflejan que esta mejora debe mucho al incremento de los empleados públicos. No en vano, el número de funcionarios ha crecido en casi 500.000 desde el año 2018, el primero en el que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, hasta superar los 3,5 millones. En favor del Ejecutivo está que más de 300.000 de esos nuevos funcionarios corresponden a las autonomías. Pero eso no quiere decir que la Administración Central no haya disparado también la incorporación de trabajadores. De hecho, la era de Sánchez en Moncloa se salda hasta ahora con un total de 264.678 ofertas de empleo público. Una cifra a la que habrá que sumar la nueva convocatoria de empleo público que el Gobierno lanzará en julio y que, de nuevo se moverá en cifras récord. En concreto, se prevé que el número de vacantes sea similar al de 2024, con 40.121 nuevas plazas.
Con esta nueva convocatoria, el Ejecutivo de Pedro Sánchez estará cerca de cuadruplicar el total de plazas acumuladas bajo el mandato de Mariano Rajoy. Queda así claro que el alza de funcionarios impulsada por el Gobierno de coalición sólo puede ser calificada de desmedida, con la excusa de las jubilaciones que se producirán en los próximos años. Pero, además, el aumento de los funcionarios también evidencia hasta qué punto el Ejecutivo no ha sido capaz de canalizar el crecimiento económico y los fondos europeos en favor de la economía productiva. Tanto es así que, en proporción, la plantilla de las administraciones ha crecido casi seis veces más que la de las empresas en los últimos años. Una brecha que ahonda aún más el grave problema de la baja productividad, que tradicionalmente presenta el sector público frente al privado, hasta convertirlo en un freno para la recuperación del mercado laboral con la mayor tasa de paro europea.