Opinión

Una madrasta, una suegra y una cooperativa

  • Artículo de Cristóbal Sánchez*

Podría ser la introducción de un chiste o el título de una película de Berlanga, pero que tienen en común una madrastra, una suegra y una cooperativa.

Disney se encargó que todas las madrastras tengan ese halo de maldad con la primera animación que produjo la famosa compañía cinematográfica, sobre el cuento popular La Cenicienta, allá por los años cincuenta. Desde entonces y hasta ahora, la imagen de una madrastra es la maldad personificada.

Del mismo modo, así como Walt Disney es responsable de la mala fama de las madrastras, en el caso de las suegras, no me queda claro sobre quien recae esa responsabilidad, si es sobre la nuera o se trata del yerno. Lo que si tenemos claro es que la suegra es el personaje más controvertido de una familia.

Ambos casos son el ejemplo de un estereotipo alimentado y enaltecido por la literatura, el cine, el refranero o el propio sentir popular.

Algo parecido pasa en nuestro país (y doy fe que también en el país vecino) con el cooperativismo, sobre todo con las cooperativas del sector primario. Si, la cooperativa, ese tipo de empresa que permite a sus miembros trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes, como la producción o la comercialización de bienes o servicios. Existen muchos tipos de cooperativas, pero si la cooperativa es agrícola, la fama le precede.

¿Pero cuál es el origen de esa fama? Al igual que todos conocemos a una madrastra que no fue del todo buena con los hijos de su marido, o alguna suegra que traía frito a su yerno, todos los que estamos en el sector agroindustrial hemos conocido alguna cooperativa que se fue a pique. La falta de capacidades de sus dirigentes, los egos y como consecuencia los conflictos entre sus socios, incluso algún caso de corrupción, han derivado en cooperativas que acabaron como el titanic.

Pero las madrastras, las suegras o las cooperativas pueden estar tranquilas, esta analogía tiene una explicación científica. Según los investigadores, nuestro cerebro está constituido con cierta tendencia a la negatividad. Precisamente se llama así, sesgo de negatividad. Los estímulos negativos producen más actividad neuronal que los positivos, y es por eso por lo que nuestro cerebro se enfoca en personas, situaciones o experiencias desfavorables en vez de valorar las positivas. Y es así, por un principio de supervivencia: estar alerta, detectar amenazas para sobrevivir, aprender de ellas y evolucionar. Nuestro cerebro prefiere ignorarlo bueno, para estar alerta con lo malo. Y con buen criterio, de todos es sabido, que hay más aprendizaje en el fracaso que en el éxito.

Es así, como una madrastra puede ser el vértice de una familia, que una suegra se pueda convertir en tu segunda madre o que una cooperativa sea el mayor productor de aceites deoliva del mundo, como es el caso de DCOOP.

Según el "Observatorio Socioeconómico del Cooperativismo Agroalimentario Español" (OSCAE) en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en su último informe publicado referente a 2023, en España hay 1182794 cooperativistas que son parte de algunas de las 36694 cooperativas del sector agroalimentario.

Estas cifras se acentúan si analizamos Andalucía, líder indiscutible de este segmento,llegando a acumular el 38,5 % de la facturación con el 22,4 % de las cooperativas agroalimentarias de toda España. Grandes compañías como Trops, Oleoestepa o Fresón de Palos, entre otras muchas, son ejemplo de ello.

Pero más allá de las cifras, el grado o la dimensión de la cooperativas, es su carácter social las que las hacen grandes, sobre todo cuando estas están en zonas rurales. Fijan población, fomentan la sostenibilidad, ofrecen servicios que el entorno no satisface y generan valor a todos los niveles. Tanto es así, que las cooperativas tienen un carácter identitario, casi intrínseco con el pueblo y sus vecinos, sean, o no sean cooperativistas.Nuca escucharon eso de… ¿Cuál es la mejor feria? La de mi pueblo. ¿Y el mejor aceite deoliva virgen extra? El de mi cooperativa.Pero, sobre todo, las cooperativas nos permiten, que pequeños agricultores como yo,seamos capaces de desarrollar una economía de escala para poder ser competitivos en un contexto cada vez más exigente. Por eso, si eres de ese 2,5 % de la población que pertenece a una cooperativa agroalimentaria y si no, también. Feliz Día Internacional de Las Cooperativas.

*Cristóbal Sánchez es Sales Manager

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