
La inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual es un tema crucial para la construcción de una sociedad más justa y equitativa. En el ámbito del empleo, solo uno de cada cuatro adultos con discapacidad está trabajando. Esta cifra es aún más baja cuando hablamos de personas con discapacidad intelectual, lo que pone supone un desafío importante para las empresas y la sociedad en su conjunto. Sin embargo, este desafío puede convertirse en una oportunidad valiosa para las pequeñas y medianas empresas (pymes), quienes pueden tener un papel fundamental en la promoción de la inclusión, creando equipos más diversos y sólidos.
La inclusión de personas con discapacidad intelectual no solo responde a una necesidad ética y social, sino que también genera beneficios concretos para las organizaciones. Las pymes, por su flexibilidad y cercanía, están en una posición ideal para convertirse en motores de este cambio.
Las personas con discapacidad intelectual pueden transformar profundamente a los equipos de trabajo ya que aportan, además de un buen desempeño de su trabajo, valores como la equidad, la inclusión y la justicia social. Esta diversidad refuerza el sentido de pertenencia y orgullo en la organización, fortalece la cultura organizacional y el trabajo en equipo, fomenta habilidades de comunicación, empatía y tolerancia, y en definitiva, ayuda a construir un ambiente más humano, solidario y comprometido, elementos esenciales en un mundo empresarial cada vez más globalizado y competitivo.
Al integrar a personas con discapacidad intelectual, las empresas no solo están garantizando la igualdad de oportunidades incorporando nuevos talentos, sino que también están mejorando su propio rendimiento, reputación e imagen de marca.
Las pymes pueden aprovechar esta oportunidad de manera eficaz, independientemente de su tamaño o sector, ya sea en áreas administrativas, operativas, o comerciales, contribuyendo al desarrollo del negocio. Para ello es fundamental contar con el apoyo de las entidades sociales de referencia, que serán las que identifiquen los puestos de trabajo que pueden desempeñar las personas con discapacidad intelectual, seleccionen los perfiles más pertinentes y acompañen a la empresa a lo largo de todo el proceso. De hecho, las empresas que implementan programas de inclusión laboral se benefician de una mayor cohesión en sus equipos, una mayor satisfacción de los empleados y una imagen corporativa más positiva. Además, estas empresas suelen ser percibidas como más responsables socialmente, lo que puede atraer a nuevos clientes y socios comerciales.
En la Fundación Alex Rivera, trabajamos con agilidad y espíritu innovador para generar soluciones innovadoras que mejoren la calidad de vida de las personas con síndrome de Down o con otra discapacidad intelectual. Trabajamos activamente con empresas para ayudarlas a crear entornos laborales inclusivos. A través de nuestra experiencia y asesoramiento, las pymes pueden beneficiarse de un acompañamiento personalizado, impulsando la inclusión laboral como una vía de crecimiento tanto para las empresas como para las personas con discapacidad intelectual.
Creemos que fomentar la inclusión laboral no solo tiene efectos tangibles sobre la productividad y el impacto social de la empresa, sino que también tiene un impacto directo sobre la cultura organizacional. Un claro ejemplo es Clicars, empresa que nació en 2016 y en tan sólo unos años y en período de expansión, superó la cuota de discapacidad en un 2,87%. Su objetivo, hacer una doble aportación a la sociedad: la primera de ellas traer la transparencia y digitalización a la compraventa de coches y la segunda la creación de puestos de trabajo para los colectivos más vulnerables, contando en todos sus departamentos con personas con discapacidad. Se posiciona como pionero entre las startups en cuanto al empleo inclusivo, dando empleo a personas con discapacidad en entornos industriales, y áreas tan variadas como atención al cliente, recepción, prevención de riesgos laborales, etc. Los beneficios para la empresa son claros: equipos más unidos, mayor motivación y un impacto positivo en la reputación corporativa. La inclusión laboral es una estrategia empresarial que beneficia a todos.
En definitiva, es hora de que las pymes den un paso al frente y se conviertan en líderes de la inclusión laboral. No importa el tamaño ni el sector de la empresa: siempre hay una oportunidad para integrar a personas con discapacidad intelectual en los equipos de trabajo. Desde la Fundación Alex Rivera, animamos a los directivos y responsables de RRHH a que apoyen la creación de empleo inclusivo en sus empresas. El impacto positivo que esto genera no solo transformará la vida de las personas con discapacidad, sino también la cultura y eficiencia de sus negocios.