Opinión

Ya no hay racismo y casi nadie habla euskera

  • Las personas que ahora lideran el PNV que fundó Arana lucen sus apellidos castellanos
Ikurriña vasca con el rostro de Sabino Arana, fundador del PNV
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Un tal Sabino Arana fundó un partido político al cual apodó Partido Nacionalista Vasco (PNV). Sabino era un racista irredento que siempre consideró, primero, que los vascos eran superiores a los españoles y, supongo, también que buena parte de los europeos. Ese racismo explícito duró hasta que Hitler perdió la guerra en 1945. Desde entonces -y sin renunciar sotto voce a la superioridad racial- las voces peneuvistas se torcieron a favor de su superioridad en torno al euskera, lengua que, por no ser latina, consideran también superior (para algunos nacionalistas el euskera es la lengua que hablaban Adán y Eva).

El PNV siempre ha considerado que los apellidos vascos son una "marca superior". Por ejemplo, Leguina, mi apellido, es un topónimo (el nombre de un caserío próximo a Guernica). Pues bien, eso de los apellidos vascos está próximo a desaparecer, si nos fijamos en los que llevan puestos los actuales dirigentes del PNV. En efecto, como ha recordado la analista Ángeles Escrivá (El Mundo, 20 de abril de 2025) es la primera vez en la historia del partido que fundó Arana en la que tres maquetos, como Arana los llamaba con desprecio, personas sin apellidos vascos y cuyos orígenes están en la pura Castilla o incluso en Andalucía, dirigen los cargos más determinantes en la formación jetzale, guardiana de las esencias nacionalistas vascas, que nació precisamente para defenderse del maquetismo y para alejarse del resto de España.

Una de esas tres personas se constituye en el colmo de la provocación porque es mujer. El trío de maquetos que debe estar haciendo revolverse en su tumba al fundador del PNV está compuesto por el lehendakari Imanol Pradales con 16 apellidos castellanos; el presidente del partido Aitor Esteban, con cuatro apellidos castellanos y una comprensible querencia por Cañamaque (el pueblo soriano donde nació su madre). Esteban reivindica ahora un nuevo lema: Somos Euskadi, somos mundiales, es decir, que va más allá de las fronteras europeas. La tercera, sustituta al frente de la portavocía del Congreso de los Diputados, es Maribel Vaquero Montero.

"Con ellos, el PNV ha clavado una estaca en el cadáver incorrupto de Sabino Arana" en palabras del doctor en Ciencias Políticas de la UPV Pedro Chacón, convencido de que el partido "ya no es lo que era sino otra cosa cuya identidad está por descubrir". Uno de los militantes más veteranos de la formación dijo: "En estos momentos, el PNV es un partido sin épica, un partido que ya no es aquel irredento con notables personalidades perseguidas, sino con tecnócratas de la Universidad de Deusto al frente que asumen a un Sabino Arana light, sin calorías". Y cabe preguntarse qué le ha pasado a la sociedad vasca o al partido para llegar a este punto, si es que les ha pasado algo.

Los Arana eran de familia carlista y Sabino (cuya viuda se casó con un guardia civil) aseguró en sus artículos que su hermano Luis fue quien, tras encontrarse con un santanderino que le reprochó que los vizcaínos eran malos españoles porque preferían esgrimir los fueros en lugar de pagar los impuestos como todos, le hizo llegar a la conclusión de que lo de ser mal español le parecía bien.

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