
Telefónica cerró el pasado domingo la venta de su filial en Perú. Una operación se enmarca en su proceso de desinversión en Hispanoamérica, con el que la teleco ya ha ingresado 4.200 millones. Si se excluye a Brasil, uno de los grandes mercados de Telefónica con ganancias de 919 millones, la cosecha del resto de filiales en Latinoamérica alcanzó números rojos de 2.400 millones en 2024. Este mal desempeño, unido a la agresiva competencia y a las altas exigencias inversoras convierten en oportunas las desinversiones que Telefónica ya ha realizado en la región y las que están por llegar. De hecho, la venta de Chile, Ecuador, México y Uruguay aportará ingresos de 3.700 millones que la empresa podrá utilizar para reducir deuda, sustentar el dividendo y crecer en Europa.