Opinión

Trump evita el peor de los escenarios

  • La pausa arancelaria permite a EEUU esquivar la recesión, aunque el crecimiento se limitará al 1% en este ejercicio 
Se desata una nueva guerra comercial entre China y EEUU
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La guerra comercial global dio un inesperado giro el pasado 9 de abril tras anunciar Donald Trump una pausa de 90 días en los llamados aranceles "recíprocos" para todo el mundo, salvo en el caso de China. Una decisión que llegó solo 24 horas después de que el propio magnate se mostrara orgulloso de estas tasas, hasta el punto de asegurar que los mandatarios de los países le están llamando para "besarle el culo". Fue el desplome de Wall Street y las ventas masivas de bonos en un año en el que EEUU afronta vencimientos récord lo que obligó a Trump a aflojar.

Evidentemente, este cambio supone una buena noticia para EEUU. Ello debido a que la marcha atrás en las tasas más gravosas permitirá que la economía estadounidense se quede lejos del crecimiento negativo al que abocaba la agresiva guerra comercial global decretada por Trump el 2 de abril, en el llamado Día de la Liberación. No obstante, la expansión del PIB de la primera potencia económica mundial será decepcionante en este ejercicio, al situarse en un magro 1%, según los expertos consultados por elEconomista.es.

Un impulso decepcionante por el notable impacto negativo de las tasas actuales (145% para China y 10% para el resto) en los precios, que subirán un punto según los economistas, y en el crecimiento, que pierde un 1% según lo estimado por la Fed a finales de 2024. Ahora bien, es cierto que con la prórroga Trump ha evitado el peor escenario para EEUU. Esquivar la recesión es, sin duda, una buena noticia para el resto del mundo, ya que tal situación hubiera arrastrado al PIB mundial. Eso sí, la imprevisibilidad de Trump impide descartar que el nivel actual de las tasas se mantenga tras la prórroga de 90 días.

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