Opinión

Trump y los partidos españoles

  • La situación obliga a Sánchez a europeizarse y a lidiar con la extrema izquierda
El presidente de los EEUU, Donald Trump, provoca consecuencias en la política española
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Pocos analistas y políticos españoles creyeron que el 2 de abril que Trump había anunciado iba a ser una realidad. Pues se equivocaron. Trump cumplió con lo prometido y lanzó los aranceles a la cara de todo el mundo. "Arancel es la palabra más hermosa del diccionario", llegó a decir en un mitin. ¿Y qué efecto tendrá esta guerra comercial dentro de los partidos españoles? Oigamos primero al PP por boca de Miguel Tellado: "Abrir una guerra comercial como esta es una amenaza innegable para la economía de Occidente".

Opinión que no creo que sea muy diferente de lo que tienen los ministros sanchistas de Economía (Carlos Cuerpo) o de Agricultura (Luis Planas). Los disparates -una vez más- han saltado de la derecha más radical (Santiago Abascal) y de la extrema izquierda feminista. El primero se fue a los EEUU abrazarse con Trump y los segundos siguen defendiendo a Putin y a Hamás ("No queremos guerra sino mejores sueldos y servicios"). El citado Miguel Tellado está contento como unas pascuas y da su opinión acerca de Vox:

"No se puede ser patriota anteponiendo otros intereses por encima de los de tu país. El interés general está por encima de los intereses partidistas y por encima de afinidades. Creo que Vox se confunde cuando prima alianzas con otras fuerzas políticas o con otros intereses [los de Trump] por encima de la defensa de los intereses de España. Es un error. Está yendo contra el campo, que era uno de sus caladeros, y el campo sufrirá aranceles del 20%. El PP siempre ha sido el partido del campo. Quizás en algún momento Vox aspiró a ocupar ese espacio, pero quién ha peleado por el campo, en los últimos meses y especialmente ahora, hemos sido nosotros".

Desde luego, la situación trumpista que nos ha caído encima obliga a Sánchez por un lado a europeizarse y por el otro a lidiar con una extrema izquierda con la cual no puede comulgar sin colocarse frente a la UE y frente a la OTAN. A estos problemas se ha unido el incremento del gasto en defensa. La pregunta que nadie se atreve a plantear podría anunciarse así: ¿estará dispuesto Donald Trump a negociar esos aranceles que ha lanzado al resto del mundo? Y no es la primera vez, pues hace seis años (en octubre de 2019) impuso aranceles del 25% a determinados productos europeos que luego no cobró. Hoy hay políticos en el ámbito internacional, como la italiana Meloni, que ya se han comprado los billetes para ir a Washington a negociar la baja de los aranceles con Trump. Si eso es así, Trump quedará como lo que parece: un especialista en amenazas que luego es incapaz de cumplir.

"Los de hace seis años no tienen nada que ver con lo que va a pasar ahora" advierte Rafael Pico, director adjunto de la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva. "Hace seis años los aranceles no tuvieron casi impacto en los precios de las grandes marcas, que por su posición consolidada lograron mantener su volumen de ventas".

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