Opinión

La primera muerte fallida de Franco: Cuando Juan Carlos fue jefe del Estado durante 43 días

  • Publicamos el documento original de la cesión de poderes de Franco
Francisco Franco.

Carlos Arias Navarro es nombrado presidente del gobierno para garantizar la inmovilidad del régimen, pero con el discurso del 12 de febrero alienta a los aperturistas. Los del bunker se resisten. Gravemente enfermo, Franco cede los poderes, pero los recupera 43 días después. Su entorno pretende que todo siga igual. Y publicamos el documento original de la cesión de poderes.

Tras el asesinato de Carrero Blanco, un deteriorado Franco nombra presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro quien, como ministro del Interior, era precisamente el responsable de la seguridad del almirante. Arias Navarro, fiscal de profesión, conocido como carnicerito de Málaga por sus actividades represivas en las etapas finales de la guerra civil y en el comienzo de la posguerra, tenía el perfil adecuado para garantizar la inmovilidad del régimen. Formó un gobierno a su imagen y semejanza en el que Pio Cabanillas, al frente del Ministerio de Información y Turismo era un verso suelto, puesto ahí para dar alguna esperanza a los aperturistas del régimen.

Arias Navarro alentó esas esperanzas en el famoso discurso del 12 de febrero. Cabanillas no dejó pasar la oportunidad y el 23 de abril en Barcelona, se caló una barretina y después la agitó con la mano garantizándose portadas en varios periódicos.

El 29 de abril José Antonio Girón de Velasco, falangista de pistola y jefe de los del bunker publica en el diario Arriba una llamada a mantener prietas las filas del franquismo -al menos de su franquismo-, porque algunos se estaban despistando, mirando hacia Portugal. Y es que allí unos días antes, el 25, los militares habían terminado con 42 años de dictadura.

Desde primeras horas de la mañana de ese día estaba llegando información sobre lo que ocurría en Lisboa, pero no fue hasta mediodía cuando se confirmó la caída del régimen y el encarcelamiento de Marcelo Caetano.

En esa fecha yo era jefe del gabinete de la dirección general de prensa, puesto al que había accedido después de ganar las oposiciones a Técnico de Información y Turismo del Estado. Por motivos familiares el ministro me conocía personalmente. Pio nos animaba a un pequeño grupo de jóvenes funcionarios demócratas a prepararle papeles sobre la situación política, sin cortapisas.

Ese día, al volver pronto al Ministerio después del almuerzo, me pasan un télex confirmando la caída del régimen portugués. Ni el director general, ni el subsecretario, ni el ministro habían regresado. Antes de intentar localizar a alguno de ellos a través del eficiente gabinete telefónico, me informé sobre si algún alto cargo estaba en la casa para entregarle el telex y traspasar la responsabilidad. Efectivamente estaba el director general de televisión, Juan José Rosón. Me dirigí a su despacho -en aquellos años el director general de televisión tenía despacho en el ministerio-.

La secretaría estaba vacía y las cortinas corridas, pero se oía un murmullo al fondo donde había un pequeño cuarto en el que entré. Allí escondidos en el espeso humo de los muchos cigarrillos consumidos ,estaban jugando al póker Rosón, Vicente Cebrián, director de Pyresa, la agencia de noticias de la prensa del movimiento, Adolfo Suarez, en aquel momento presidente de la empresa pública Entursa, propietaria de varios hoteles y una cuarta persona que no logro recordar. Cuando le entregué el telex a Rosón y este lo leyó en alto saltaron de las sillas y salieron despendolados.

El régimen se puso inmediatamente en modo supervivencia, fracturado entre los llamados aperturistas y los del bunker, con creciente enfrentamiento entre ellos.

Como estaba vigente la ley de Murphy, el sistema falló en el punto en el que podía causar mayor perjuicio. El 9 de julio el dictador fue ingresado de urgencia en La Ciudad Sanitaria Provincial Francisco Franco -que ironía- el actual Gregorio Marañón, con una grave tromboflebitis. Como su estado no mejoraba y la jefatura del estado no podía estar vacante debido a compromisos ineludibles, los que mandaban decidieron el 19 de julio, hacer una cesión temporal de la misma a favor del Príncipe de Asturias. El director general de prensa fue llamado por el presidente del gobierno al hospital para preparar la nota que debía difundirse a los medios. Jiménez Quilez la escribió a máquina. Antes de distribuirla se decidieron ciertas correcciones que yo realicé, como se puede comprobar en el documento inédito y cuyo original guardo en mis archivos.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky