El saldo que Telefónica recibió en 2024 del otro lado del Atlántico es negativo. Tanto es así que si se excluye a Brasil, uno de los grandes mercados de la teleco con ganancias de 919 millones, la cosecha de las filiales en Latinoamérica alcanzó números rojos de 2.400 millones.
Este mal desempeño unido a la agresiva competencia y a las altas exigencias inversoras en banda ancha fija y móvil convierten en oportunas las desinversiones que Telefónica ya ha realizado en la región y las que aún están por llegar. De hecho, la salida de la mayoría de los países de Latinoamérica aportará ingresos de 1.558 millones que la empresa podrá utilizar para seguir reduciendo deuda y sustentar su atractivo dividendo. Asimismo, eliminará el lastre que estas filiales suponen ahora para sus cuentas.
