
El ciclo de bajadas de tipos tumbó los rendimientos de los bonos alejando los cupones de la expectativa de rentabilidad que se puede obtener con la renta variable. Pero factores como el mayor gasto público que ahora se autoimpone la UE y la guerra arancelaria han frenado la expectativa de recortes en el precio del dinero.
Estos factores han elevado los cupones de los bonos hasta el punto de que en España la diferencia entre la rentabilidad de la deuda a 10 años y los dividendos que se espera que abonen las cotizadas es de solo 100 puntos básicos (3,54% frente a los pagos del 4,53%). Una diferencia escasa que vuelve a convertir a la renta fija a largo plazo en un serio competidor para las bolsas, al ser de nuevo capaz de atraer al inversor conservador.