Opinión

Las nóminas en 2025: un desafío para las pymes y emprendedores

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El 2025 se presenta como un año de cambios en materia laboral y de nóminas, lo que supone un desafío para las pymes y los emprendedores. Las nuevas regulaciones, que incluyen la evolución SMI, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) y la reducción de jornada, exigen una planificación y una adaptación ágil.

Incremento del SMI: un nuevo horizonte

El Salario Mínimo Interprofesional es el que marca el salario garantizado, como mínimo, para cualquier empleado que tenga un contrato a jornada completa. Por supuesto que, en caso de realizar una jornada inferior, cobrará la parte proporcional. La evolución del SMI en los últimos años ha sido pronunciada. Esto ha supuesto que el resto de procesos también avancen al mismo ritmo, pero esto no siempre es posible, especialmente cuando dependen de medidas legislativas. Uno de los aspectos a considerar es el impacto en la tributación del Impuesto sobre la Renta para las Personas Físicas (IRPF).

A medida que el SMI ha crecido, se ha acercado a los mínimos de tributación, generando un nuevo contexto fiscal para quienes perciben estos ingresos. Aunque esto no implica necesariamente la obligación de presentar la declaración de la renta, sí pone de relieve la importancia de adaptar los umbrales fiscales a la realidad actual del mercado laboral, facilitando una mayor alineación con las políticas salariales.

Además del crecimiento del SMI, el 2025 trae consigo nuevos enfoques en la gestión de costes laborales. Para muchas empresas, especialmente pymes, este contexto representa un momento para optimizar recursos y adoptar estrategias innovadoras. Entre las medidas más efectivas se encuentran la digitalización de procesos, la optimización de la gestión de turnos y la inversión en formación para fortalecer la productividad y el talento interno.

Las empresas que apuesten por la adaptación y la planificación estratégica podrán aprovechar este escenario para reforzar su competitividad y sostenibilidad a largo plazo. En un mercado en constante evolución, la clave está en anticiparse a los cambios y encontrar soluciones que generen valor tanto para los trabajadores como para el desarrollo empresarial.

MEI: un nuevo ajuste en las cotizaciones

El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) es una medida que busca reforzar el fondo de reserva de la Seguridad Social. Este ajuste implica un aumento gradual en las cotizaciones sociales, que afecta tanto a empresas como a trabajadores En 2025, el impacto del MEI continuará creciendo, con incrementos en las cotizaciones tanto para trabajadores como para empleadores.

Este año, el porcentaje a aplicar sobre la nómina de los trabajadores será del 0,8%, del cual un 0,67% será abonado por la empresa y el 0,13% restante por el trabajador. Este porcentaje continuará incrementándose en los próximos años hasta alcanzar el 1,20% en 2029, año en el que la empresa asumirá un 1% y el trabajador un 0,20%.Para un sueldo medio de 2.128,44 € brutos, el coste para un empleado por cuenta ajena será de 2,76 €/mes.

En el caso de los autónomos, que deben asumir también la parte empresarial, el incremento alcanzará los 17,02 €/mes, lo que afectará directamente a su rentabilidad y sostenibilidad. Para las empresas, la aplicación del MEI representará un ajuste en los costes de personal En una empresa de 50 empleados con salario medio, esto supondrá un aumento de 95,50 €/mes (1.146 €/año). Es decir, por cada empleado, la empresa deberá pagar 1,91 €/mes más que en 2024.

Reducción de la jornada: ¿cuándo y cómo se aplicará?

Otra de las novedades relevantes para 2025 es la posible reducción de la jornada máxima, que pasaría de las 40 horas semanales a 37,5 horas. Sin embargo, la implementación de esta medida dependerá de la negociación de los convenios colectivos, lo que significa que en muchos sectores no se aplicará de inmediato y podría tardar hasta finales de año o más. Uno de los aspectos clave de esta medida es el cómputo anual, lo que permitirá diferentes modalidades de aplicación.

No necesariamente implica una reducción homogénea de horas diarias, sino que las empresas podrán adoptar distintos enfoques, como, por ejemplo, reducir las horas trabajadas diariamente, implementar jornadas intensivas en los meses de verano o aumentar los días de vacaciones en lugar de reducir horas de trabajo diario. Asimismo, las empresas pueden optar por algunos enfoques en cuanto a las reducciones de jornada ya vigentes a la entrada en vigor del nuevo máximo horario: algunas mantendrán las horas de trabajo con un incremento salarial, mientras que otras podrían reducir las horas sin afectar la retribución.

Para que esta medida sea efectiva, es necesario que vaya acompañada de incentivos fiscales y mecanismos de apoyo para las pymes, que enfrentan mayores dificultades en la adaptación. Sin este respaldo, la reducción de jornada podría suponer una carga adicional en términos de competitividad.

¿Cómo pueden prepararse las pymes y emprendedores?

Ante este contexto, la reacción natural de muchas empresas será ajustar costes, replantear contrataciones y buscar alternativas para mitigar el impacto. La clave estará en una planificación financiera adecuada, en una optimización de los Recursos Humanos, así como contar con una asesoría laboral que permita a las empresas navegar en estos cambios sin riesgos innecesarios.

2025 será un año de retos, pero también de oportunidades para quienes sepan adaptarse. Por tanto, la pregunta que queda en el aire es: ¿serán estas medidas el camino adecuado para mejorar el futuro laboral de los trabajadores de España? La respuesta, como siempre, la tendrán los resultados.

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