Opinión

Los ángulos rectos

  • Oscar Sánchez, socio de Norgestión
Oscar Sánchez, socio de Norgestión.

Recientemente tuve ocasión de ver en el cine un maravilloso y delicado documental sobre Eduardo Chillida, uno de los artistas más importantes del siglo XX. Afortunadamente, el perfil 'aburrido' de la película me libró del suplicio que sobre mí suelen ejercen los devoradores de palomitas (pido perdón a las empresas de snacks).

En el curso de las reflexiones e ideas que compartían las personas que tuvieron el privilegio de conocer al gran escultor, hubo un comentario que me llamó mucho la atención, referido a la aversión de Chillida a los ángulos rectos, basado en que decía que "sólo son capaces de relacionarse con sus iguales".

Esto me llevó a reflexionar, en primer lugar, sobre la política que nos rodea, en la que, con demasiada frecuencia se materializa aquello que Chillida describía: la incapacidad de relacionarse con quienes piensan diferente, limitándonos a interactuar solo con los afines o con quienes sabemos que nos darán la razón o nos seguirán.

Las decisiones políticas, especialmente aquellas relacionadas con la seguridad jurídica –tan erosionada en los tiempos actuales–, tienen un impacto directo en la economía y las empresas, y no puedo evitar cuestionarme si estamos defendiendo este flanco con la contundencia que merece.

En el ámbito empresarial es imprescindible ampliar horizontes, fomentar la colaboración entre compañías, crecer diversificando y, en ocasiones, tomar decisiones estratégicas como adquirir o, incluso, vender empresas, para crear proyectos más sólidos, internacionalizados y competitivos frente a los grandes retos globales que nos plantean mercados como Estados Unidos, China o los 'BRICS'. Parece obvio, pero la realidad no es tan sencilla y, poniéndonos en la piel de los empresarios, hemos de reconocerlo antes de opinar alegremente.

Todos llevamos dentro un poco de "ángulo recto". Por supuesto, son necesarios, aunque a Chillida no le gustaran para su obra (¿podríamos imaginar un edificio sin ellos o escaleras completamente redondeadas?).

Sin embargo, en nuestra vida y nuestras relaciones, creo que vale la pena adoptar una actitud más abierta y flexible, capaz de trascender la rigidez y fomentar una conexión genuina con quienes piensan diferente.

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