Opinión

El pluriempleo que no preocupa a la ministra Díaz

  • Está empecinada en reducir los horarios de los asalariados sin acoger este problema
  • El encarecimiento de los bienes y servicios ha erosionado el poder adquisitivo

La periodista Clara Rojas publicó el domingo 26-I-2025 en El Mundo un reportaje sobre el pluriempleo y como primer ejemplo puso el de Angie:

"El despertador de Angie (33 años) está programado para sonar todos los días, independientemente de que sea una jornada laboral o festivo. De lunes a viernes, realiza sus prácticas por la mañana en una agencia de comunicación (media jornada, salario de 300 euros). Por las tardes, trabaja como azafata de eventos de una agencia (remuneración mensual: 350 euros). Los fines de semana los emplea como recepcionista en un centro comercial (ingreso, 370 euros mensuales). "En un mes muy, muy bueno, en el que literalmente no descansé, llegué a ganar 1.700 euros. En un mes malo, consigo 700 euros".

Uno de los sectores con más precariedad y pluriempleo es el artístico (actores, actrices, músicos…). Los músicos, por ejemplo, suelen cobrar unos 70 euros por función. Es el caso de Alejandro (50 años), que trabaja como músico sustituto en un musical de Madrid, puesto que compagina con una orquesta de verbena que vive su mejor momento en verano (hasta 180 euros por función), y es parte de una banda de músicos en clubs por la noche madrileña (entre 60 y 400 euros por actuación).

En fin, unos salarios inestables y bajos en una situación de pluriempleo.

En 2023 unas 100.000 personas tenían -según datos de la Seguridad Social- más de tres puestos de trabajo y en 2024 eran más de 95.000. Entre 2012 y 2022 el pluriempleo en España creció el 60% y desde 2019 aumentó un 19%, según la misma fuente de datos.

En 2023 870.000 empleados tenían un empleo secundario (datos de la Seguridad Social) y la EPA del cuarto trimestre de 2023 rebajaba ese número a 600.000.

Según el comentarista Francisco Rodríguez, esta situación de pluriempleo "fue común en el pasado, sobre todo durante la industrialización y el crecimiento urbano. Uno de los principales factores que lo impulsan ahora es la presión inflacionaria. El encarecimiento de bienes y servicios esenciales ha erosionado el poder adquisitivo de los hogares, especialmente en un contexto de salarios reales estancados. Esto obliga a muchos trabajadores a buscar ingresos adicionales. Otros se enfocan exclusivamente en el apoyo del Estado, lo que agrava el ya delicado desequilibrio fiscal. Aunque las reformas laborales recientes la han reducido en apariencia (la temporalidad), el auge de los contratos fijos discontinuos sugiere que el problema persiste bajo nuevas formas".

Leamos (El País, 27-I-2025) lo que ha dicho a este propósito un joven de 33 años, Aitor Albizúa, que goza de éxito en televisión:

"Todos mis amigos sufren las mismas problemáticas de vivienda y precariedad laboral. Soy un caso de éxito, pero sé que mi generación lo está pasando muy mal".

Un panorama poco acogedor que no parece preocupar a la ministra de Trabajo, empecinada como está en reducir los horarios de todos los asalariados.

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