La rentabilidad de la deuda a diez años de EEUU había escalado hasta casi el 4,8% en las semanas previas a la llegada de Trump a la Casa Blanca. Un impulso que respondía al temor de que sus políticas impulsarían la inflación e impediría a la Fed acometer recortes de tipos.
Pero todo ha cambiado tras asegurar el ya presidente de EEUU que fomentará el fracking para bajar los precios energéticos, además de suavizar su política de aranceles. Estos anuncios han pasado una lógica factura a las renovables en bolsa. Pero también han provocado que la rentabilidad del bono caiga hasta el 4,56%, además de dar gasolina a las bolsas. Con ello, el mercado compra que las medidas del republicano no provocarán un alza de la inflación, sino que, como promete el propio Trump, bajarán los precios.
