
La toma de control de Telefónica por parte del Gobierno ha generado importantes cambios en las cúpulas de la teleco, y también de Indra. Ello debido a que el sustituto elegido por el Ejecutivo para ocupar el puesto del ya expresidente de la operadora, José María Álvarez-Pallete, fue Marc Murtra, hasta el viernes máximo responsable de la tecnológica.
Un juego de tronos que ha llevado a Ángel Escribano a ocupar el sillón de presidente de Indra y que abre la puerta a la tecnológica a fusionarse con Telefónica. Todos estos movimientos han pasado factura a la acción de la operadora, que se dejó un 2,72% en la sesión de ayer, pero han impulsado la cotización de Indra, que escaló un 3% este lunes. Un impulso con el que el mercado expresa su creencia de que la nueva Indra acelerará ahora la compra de Hispasat.
Se trata de una operación que se lleva analizando desde hace muchos meses, pero que la situación geoestratégica del momento insta al nuevo presidente de la tecnológica a conferir velocidad en la conversión de su grupo en el gigante español de la defensa y seguridad.
Es evidente que una Indra más grande estará mejor preparada para competir en un escenario en el que los países están abocados a incrementar su gasto en defensa. Primero porque el contexto geopolítico ha cambiado tras los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Próximo. Pero también por la intención del ya presidente de EEUU, Donald Trump, de que los miembros de la OTAN eleven su inversión en los presupuestos en defensa hasta el 5% del PIB. Un desafío para el que el sector aeroespacial, que representa Hispasat, resulta primordial si Indra aspira a convertirse en un campeón militar con intenciones de competir a nivel global.