Opinión

Evitar el 'burnout': la clave para un liderazgo sostenible

Laura García Buscaglia.

El ritmo frenético de las empresas nos está pasando factura. Vivimos con la sensación de estar siempre apagando fuegos, corriendo de una reunión a otra y terminando el día agotados, pero sin avanzar en lo importante. El burnout, o síndrome de agotamiento profesional, se ha vuelto un problema cada vez más común y estamos normalizándolo. Pero sus efectos en la salud individual y colectiva nos llevan a buscar que no sea inevitable. Recuperar el control de nuestras prioridades y trabajar con propósito puede marcar la diferencia.

¿Por qué el burnout nos afecta tanto? Hay que tener presente que el burnout no solo nos roba energía, sino también claridad y motivación. A nivel empresarial, tiene efectos tangibles; sin ir más lejos, el 60% de los trabajadores dicen sentirse agotados al menos una vez por semana, según estudios recientes. Además, el costo para las empresas es alto, ya que supone una pérdida de talento clave, baja productividad y mayores gastos por rotación de personal y bajas médicas. Pero esto no tiene que ser así. Hay formas prácticas de gestionar este desgaste y crear entornos donde las personas prosperen.

No obstante, a menudo confundimos lo urgente con lo importante. Llenamos nuestros días con tareas y compromisos que no siempre suman valor. La inercia del día a día nos arrastra con reuniones y tareas no vinculadas a alcanzar nuestros objetivos y, en ocasiones, nos ocupamos de cuestiones que carecen de coherencia con nuestra misión. La pregunta clave es: ¿para qué estoy yo en esta empresa, en este proyecto? ¿cuál es mi propósito? ¿esto me acerca a lo que quiero construir?

Tomarnos un momento cada mes para reflexionar y enfocarnos en lo importante son hábitos fundamentales para evitar el burnout. Además, detenernos cada día en trabajar una vez con atención plena en aquello prioritario hace que recuperemos cierto control sobre nuestra agenda y nuestro tiempo, y esto impacta de manera extraordinaria en nuestro bienestar.

El rol del CEO: liderar con visión y cuidado

Al hilo de ello, cabe recordar que el principal rol del CEO es liderar con visión y con cuidado, puesto que tiene un papel esencial en la creación de equipos equilibrados y enfocados. Pero para lograrlo tiene que ser ejemplo. Sólo podemos inspirar y guiar cuando somos altos directivos con una vida equilibrada entre lo profesional y personal, cuando tenemos claridad en lo prioritario, disponemos de un sistema que cuide nuestro propio bienestar y dedicamos al equipo tiempo para que se desarrolle.

Además, hay que tener en cuenta que un buen liderazgo incluye: tener las prioridades claras para que los objetivos que se establezcan guíen al equipo hacia resultados importantes; fomentar la autonomía equiparando a las personas con herramientas para organizarse mejor; tomar decisiones efectivas y cuidar el bienestar del equipo para promover hábitos saludables y una cultura que valore el equilibrio.

Y para todo ello, disponer de un modelo de productividad es fundamental. Es necesario aprender a gestionar mejor nuestros recursos para poder abarcar nuevos retos o desafíos que tanto a nivel profesional como personal nos seguirán llegando. Y aquí el Método FASE se convierte en el aliado perfecto. Proporciona una estructura holística, simple y creada para nuestros clientes, habiendo acompañado a más de 300 altos directivos y a miles de profesionales con carreras profesionales complejas a trabajar con foco, evitar la multitarea y gestionar el tiempo de forma estratégica. Porque la clave no está en trabajar más, sino en trabajar mejor con sistemas que realmente funcionen.

Cuidarnos para liderar mejor

También cabe recordar que no podemos liderar bien si no cuidamos de nosotros mismos primero. Y aquí tenemos que atravesar un cambio de paradigma, puesto que el bienestar empieza por reconocer que nuestra energía es limitada y que debemos protegerla. Tanto física, como emocionalmente y a nivel cognitivo, necesitamos recargarnos y disponer de recursos para poder abordar la complejidad de nuestra carrera profesional y nuestra vida personal.

Por ello es importante detectar nuestras prioridades y saber qué es lo realmente importante en cada momento, aprender a decir "no" a aquello en lo que no aportamos un valor diferencial o no nos lleva a cumplir nuestros objetivos y a encontrar nuestro sistema y ritmo, ya que ni todo es para ya, ni somos igual de productivos durante todo el día. Por esta razón, es importante aprender a conocer nuestros biorritmos, coordinar nuestros tiempos con los de los equipos y equilibrar la presencia con el teletrabajo, ya que se requiere de un esfuerzo, aunque siempre haya un premio.

Finalmente cabe recordar que, al final del día, el verdadero éxito no es completar todas las tareas, sino saber que estás construyendo algo que importa, sin sacrificar tu bienestar.

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