
El euríbor, el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España, arrancó el año en el 3,679%. Una cota que en noviembre se quedó en el 2,506%. Supone el mayor retroceso anual en 15 años y responde al ciclo de recortes de tipos en la eurozona que arrancó el verano.
Esta caída del euríbor ha generado un importante abaratamiento de las hipotecas que se mantendrá a lo largo de 2025. Ello debido a que el BCE prácticamente ha adelantando que profundizará los recortes en el precio del dinero el próximo ejercicio al atisbar una inflación controlada y un débil crecimiento económico. En este contexto, los analistas esperan que los tipos caigan del 3% actual al 2,01% al cierre de 2025, lo que dejaría el euríbor en el entono del 2,07%.
Este potencial recorte de 50 puntos básicos en el indicador volverá a traducirse en ahorros. En una hipoteca media, supondrá un alivio próximo a los 470 euros al año. En la actualidad, la cifra de compraventa de viviendas está en máximos de 2007 y es más que evidente que el mayor abaratamiento de los créditos impulsará aún más la demanda en el mercado residencial.
El problema es que la oferta actual es ya insuficiente a todas luces para absorber el volumen de personas que quiere comprar pisos. Esto es lo que ha provocado que los precios se eleven desde hace 10 años y lo que lleva a los economistas a anticipar que crecerán en el entorno del 5% en 2025. En este contexto solo la puesta en el mercado de más activos frenará la presión sobre los precios. Es por ello necesario liberar suelo finalista y eliminar trabas administrativas para agilizar los nuevos desarrollos. Asimismo, también ayudaría la supresión de medidas intervencionistas (especialmente en el alquiler), que provocan que los propietarios saquen sus pisos del mercado.