La falta de cultura financiera ha sido siempre uno de los problemas históricos del inversor minorista nacional. Pero ya hay indicios que apuntan a una importante mejoría en este aspecto. Uno de los más relevantes es el hecho de que el 56% de las carteras de los ahorradores españoles está posicionado en bolsas extranjeras.
Y de ellas, Wall Street supone el destino preferido. Es la primera vez en la historia que el inversor apuesta más por otros mercados bursátiles que por el local. Además de suponer un gran avance en la referida cultura del ahorro, también es un gran paso para impulsar la rentabilidad de las carteras. No en vano, la revalorización de EEUU supera con creces la propia de las plazas española y europeas en lo que va de siglo.
