
"El PSOE no es un partido, es una secta y amenaza con ser una mafia". Estas palabras no son mías. Las pronunció en la presentación de sus nuevo libro Juan Luis Cebrián, el que fuera director de El País y nada sospechoso de pertenecer a la "costelación de cabeceras ultraconservadoras". Aunque, a partir de ahora, habrá que decirle eso de ¡Bienvenido al Club! Ese club de la fachosfera en el que Sánchez y el Gobierno meten a todos los que, en aras de nuestra libertad y del derecho de los ciudadanos a recibir una información libre y veraz, disentimos, denunciamos o criticamos las decisiones del Gobierno y del sanchismo, sus pactos contra natura, la usurpación de las instituciones y sus atentados contra la democracia y la igualdad de los españoles.
Denuncias a las que también se ha sumado, nada más y nada menos, que The Economist, el medio de comunicación mas influyente entre los líderes políticos y económicos de todo el orbe, y que acusaba directamente a Sánchez de aferrarse al poder "a costa de la democracia en España". Literal, y otro nuevo socio de la fachosfera.
Y ejemplos de esto que denuncian en The Economist los hay a montones, a los que se ha sumado en estos días el proceder que, no sé si mafioso, pero que desde luego suena mucho a sectario y caciquil del ministro, Carlos Cuerpo, exigiendo la dimisión de una consejera del del Banco de España, Judith Arnal. "Quiero tu puesto para otra persona", cuentan que le espetó el titular de Economía, en una actitud que además de autoritarismo y nepotismo supone un desprecio a la ley, porque los consejeros del Banco de España no pueden ser cesados hasta el cumplimiento total de su mandato que en el caso de Judith Arnal concluye a finales de 2029. ¿Cómo se te queda el cuerpo?
Aunque el ministro se ha negado a desvelar el nombre de la persona para la que quería el cargo, en círculos próximo al ministerio unos comentan que el beneficiario sería el marido de su todavía compañera de gobierno Teresa Ribera, mientras que otros hablan de pagar otro peaje de Sánchez a los socios vascos. Nosotros ni desmentimos ni afirmamos pero cualquiera de las versiones tiene visos de veracidad y de coherencia.
Obviamente Arnal, doctora en economía y técnico comercial del Estado que había sido jefe de Gabinete de Nadia Calviño, se negó a dimitir y contó con el apoyo del nuevo gobernador del Banco, el ex ministro José Luis Escrivá, quién desde su toma de posesión parece, con sus decisiones y declaraciones, que está dispuesto a asumir, preservar y reforzar la independencia del supervisor, muy cuestionada por su procedencia de los gobiernos del sanchismo.
Actitud esta, la de Cuerpo que pone aún más en evidencia el tremendo error estratégico del Partido Popular, rechazando el puesto de subgobernadora del Banco de España que Escrivá ofreció a Cuca Gamarra, con la única condición de que la elegida fuera una mujer. Nombramiento que les hubiera permitido controlar la institución, los informes y estar informados de primera mano sobre las deliberaciones y decisiones internas y del BCE. Y luego se quejan de la colonización de las instituciones.
Otra torpeza de los supuestos estrategas del Partido Popular a la que se añade ahora el error del voto afirmativo a la excarcelación y reducción de condena de los etarras con delitos de sangre, por no leerse los papeles o no enterarse de su contenido. Negligencia que Núñez Feijóo intentó enmendar con una brillante y contundente intervención en el Congreso, pero que exige también que rueden cabezas de los responsables en el Grupo Parlamentario y en la cúpula de Génova. Tantas como exija la reparación del daño recibido en la imagen y la solvencia del partido.
Todo esto sin olvidar que los únicos y verdaderos artífices y responsables de que Txapote, Amboto, Mobutu y el resto de los asesinos más sanguinarios de la banda terrorista puedan volver a casa por Navidad son el gobierno y el PSOE, traicionando sus principios, la justicia, a las víctimas del terrorismo y la memoria de sus muertos. Y todo para seguir en La Moncloa.