La última reforma fía la sostenibilidad de las pensiones ante el reto del retiro de la generación del baby boom a un incremento de las cotizaciones sociales. Entre las medidas incluidas está la creación de una cuota adicional, llamada Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
Dicha tasa recauda 4.800 millones desde 2023. Un dinero destinado a nutrir el Fondo de Reserva, la famosa hucha de las pensiones y solo se podrán destinar para financiar las nóminas a partir de 2032. El problema es que este esfuerzo extra a empresas y trabajadores será insuficiente para paliar los desequilibrios del sistema al obviarse en la reforma cualquier medida para racionalizar el gasto. De hecho, la AIReF estima que en 2050 se necesitará el 17% del PIB para pagar las pensiones.
