Opinión

Acoso y derribo a las rentas altas

  • El número de declarantes del impuesto Patrimonio se reduce por primera vez para evitar el acoso fiscal del Gobierno 

Las últimas estadísticas publicadas por la Agencia tributaria referentes al Impuesto de Patrimonio revelan que dicho tributo perdió declarantes por primera vez en la historia en 2022. En concreto, 1.002 cotizantes dejaron de presentar la declaración, lo que provocó un descenso de 231.367 a 230.365 personas gravadas con la tasa.

Aunque el descenso sea limitado resulta muy significativo ya que se produjo justo en el ejercicio en el que el Gobierno creó el Impuesto de Solidaridad a las Grandes Fortunas. Lo hizo en respuesta a la decisión de la Junta de Andalucía que, tras la llegada del PP, anunció una bonificación del 100% en Patrimonio. A pesar de que la cuota sea de cero, los contribuyentes sí que tienen que hacer la declaración si tienen una fortuna superior a los 2 millones.

Por tanto, esta bonificación no puede explicar la pérdida de contribuyentes. La razón hay que buscarla en la política de acoso y derribo a los mal llamados ricos que los distintos Gobiernos de Pedro Sánchez han seguido. Primero se obligó a las rentas altas a financiar las medidas anticrisis. Pero en 2022 se le elevó el castigo a las rentas altas con el destape de las cotizaciones y el ya citado Impuesto de Solidaridad. Esta voracidad fiscal también se refleja en la mera existencia de Patrimonio, una tasa que solo está vigente en tres países, y es lo que provoca que las fortunas se lleven su dinero de España. Esto supone una muy mala noticia para la inversión y para el consumo.

Por desgracia, el Ejecutivo no aprende la lección y sigue erre que erre y prepara más medidas impositivos para exprimir aún más a aquellos que más recursos tienen. Con ello solo se logrará que la fuga de ricos siga al alza y que el dinero foráneo se piense muy mucho invertir en un país donde se castiga a las rentas altas.

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