
El Consejo de Ministros aprobó el mismo techo de gasto que no logró sacar adelante en julio en el Congreso por el rechazo de Junts.
Repite la cifra récord de desembolsos de 199.171 millones para cimentar el proyecto de Presupuestos para 2025 que, de nuevo, será complicado que obtenga el aval de la cámara baja. Pero independientemente de lo que finalmente ocurra, la realidad es que el Ejecutivo confirma su intención de mantener la tendencia al alza de los desembolsos públicos iniciada durante la pandemia.
Así, el Gobierno estima también un aumento del techo de gasto del 3,3% en 2026 y del 3,4% en 2027, lo que elevará la cifra final hasta superar ampliamente los 200.000 millones, cuando en 2020 dicha cantidad era de 127.609 millones. Un aumento de más del 36% que no está justificado, que no está justificado, ya que la situación excepcional provocada por el Covid no existe. Por si fuera poco, el Ejecutivo persiste en el alza del gasto pese a las exigencias financieras que demandará el llamado 'concierto' catalán.
De hecho, Fedea estima que la cesión de tributos a la Generalitat de Cataluña exigirá que se aplique un recorte del gasto público entre el 5,34% y el 17,8%. del gasto público. El Gobierno, por tanto, presenta unas cifras de desembolsos que ignoran la realidad.
Con todo, lo más grave es que en caso de salir adelante este impulso del gasto obligará al Ejecutivo a compensar la contrapartida catalana a través de un incremento extraordinario de los ingresos, lo que forzará a un alza del tramo estatal del IRPF del 29,50%. En vez de forzar a los españoles a pagar el apoyo de ERC a la investidura de Salvador Illa, el Gobierno debería acometer un recorte del gasto que, además, ayudaría a corregir en mayor medida los desequilibrios que las cuentas públicas presentan.