Opinión

Ciclos combinados, esenciales para garantizar el suministro en la transición energética

  • El progreso de la descarbonización en España sería excelente con una regulación ejemplar

El desarrollo y la progresiva penetración de las tecnologías renovables presenta grandes ventajas, particularmente desde un punto de vista ambiental, y es un camino irrenunciable para todos. Sin embargo, el sistema eléctrico ha comenzado a evidenciar los problemas de seguridad de suministro que se pueden manifestar a medio plazo con una dependencia cada vez mayor de tecnologías de disponibilidad intermitente.

Recientemente hemos visto en España episodios en los que el operador del sistema ha cortado el suministro eléctrico a la industria dentro de los mecanismos de balance de los que dispone para mantener el nivel adecuado de reserva del sistema. En estos casos, eólica y fotovoltaica cubrían apenas un 6% de la demanda peninsular pese a sumar más de 56.000 MW de potencia instalada.

Estas energías renovables necesitan de tecnologías de respaldo firme y flexible que estén disponibles para reemplazarlas con seguridad cuando se pone el sol o deja de soplar el viento. Es ahí donde las centrales térmicas de ciclo combinado tienen y tendrán cada vez con mayor intensidad un papel fundamental para garantizar el suministro eléctrico y favorecer la transición energética.

Los 25.000 MW instalados de potencia de ciclos combinados de gas actúan como respaldo, permitiendo que las energías renovables puedan ser utilizadas cuando hay recurso disponible y manteniendo, cuando no lo hay o surge un imprevisto, la seguridad del sistema eléctrico. Sin esta potencia flexible no sería posible haber alcanzado los niveles actuales de penetración de las energías renovables en el sistema eléctrico y mucho menos continuar incrementándolos hasta los objetivos marcados. En los próximos años, según avance el plan de desmantelamiento de las centrales nucleares, la necesidad de asegurar la disponibilidad de los ciclos combinados se hará incluso más necesaria.

Sin embargo, hoy en día existe una gran incertidumbre sobre el futuro de los ciclos combinados y cuál debe ser su papel en el sistema energético en los próximos años. Estas instalaciones se han visto obligadas a cambiar su papel, reduciendo sus horas de funcionamiento para pasar a dar fundamentalmente el servicio de respaldo a las renovables. Esto ha supuesto una reducción de sus ingresos y, en paralelo, un incremento de los costes vinculado a que la operación de estas centrales se ha vuelto más compleja y exigente, con un número creciente de arranques y paradas en función de las oscilaciones de la producción solar y eólica.

Tanto el análisis nacional de seguridad de suministro realizado por Red Eléctrica como el realizado a nivel europeo por ENTSO-E (ERAA-European Resource Adequacy Asessment) señalan que España tendrá previsiblemente problemas de fiabilidad por el cierre de potencia de respaldo si no se completa el diseño del mercado español con la introducción de un mercado de capacidad, como ya hacen numerosos países europeos desde hace años. En esta línea, la reciente reforma del mercado interior de electricidad de la Unión Europea ha establecido los mecanismos de capacidad como un elemento estructural para el correcto funcionamiento de los mercados y para atender las necesidades que impone la descarbonización.

El Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) sometió a consulta pública en abril de 2021 el borrador de Orden por la que se crea un mercado de capacidad para garantizar el suministro en un sistema eléctrico con alta penetración renovable, destacando además su contribución al desarrollo de nuevas capacidades de respaldo, particularmente a través del almacenamiento de energía, que está llamado también a jugar un papel fundamental en la penetración futura de las energías renovables. Tres años después el proceso está aún pendiente de finalizar su tramitación en Europa.

Mientras tanto, el sistema eléctrico continúa dando señales evidentes de que mantener la seguridad de suministro requiere mejoras en la regulación, cada vez más urgentes, que no se pueden dejar de atender. La situación de partida para la descarbonización del sistema eléctrico español es buena, privilegiada en Europa, pero sin las medidas adecuadas para mantener y desarrollar las tecnologías de respaldo, el país puede verse abocado a sufrir tensiones en su sistema eléctrico.

La solución más eficiente y competitiva pasa por mantener la operación del actual parque de ciclos combinados, lo que requiere en última instancia la creación de un mecanismo de retribución por capacidad justo para estas instalaciones. Naturgy es el principal operador de ciclos combinados en España, con un parque cercano a 7.000 MW que se encuentran a disposición del operador del sistema, con una tasa de disponibilidad del 98% en 2024, lo que ilustra su flexibilidad, buen estado de conservación y alta disponibilidad para hacer frente a los retos del sistema eléctrico.

El Grupo solicitó hace varios años el cierre temporal de un total de 11 instalaciones por su bajo nivel de producción. El Tribunal Supremo ha avalado el cierre de estas instalaciones, que de momento la compañía ha mantenido operativas demostrando su compromiso con la seguridad de suministro y a la espera de la nueva regulación.

El papel de los ciclos combinados no es incompatible con avanzar en la transición energética. Como comentaba anteriormente, estas instalaciones son fundamentales para lograr una penetración exitosa y creciente de las energías renovables. Pero, además, la irrupción de los gases renovables abre una vía de descarbonización eficiente y competitiva que puede extenderse al campo de los ciclos combinados, ya que estas instalaciones están preparadas para funcionar con este nuevo vector energético y ser así su funcionamiento a largo plazo compatible con el objetivo de cero emisiones.

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