Opinión

La fiable hoja de ruta del BCE

  • Fráncfort logra que el IPC de la eurozona roce su objetivo de estabilidad a las puertas de su nueva rebaja de tipos

En pocos días, el Consejo de Gobierno del BCE se reunirá para decidir su segunda rebaja de tipos en 2024. Lo hará contando con la inusual seguridad que supone relajar su política monetaria en un momento en el que el IPC está alineado prácticamente al milímetro con el objetivo de estabilidad que Fráncfort persigue.

La obligación del banco central pasa por mantener la inflación en el entorno del 2% y el dato adelantado de agosto en la Unión Monetaria rebasa en solo dos décimas esa referencia, con la subyacente en el 2,8%, pero en continuado retroceso. A la institución le ha costado años llegar hasta aquí. Incluso su anterior presidente, Mario Draghi, el indiscutible salvador del euro en la crisis de 2012, fue incapaz.

No en vano se enfrentó durante todo su mandato a un nivel de precios inusualmente bajo, vinculado a la falta de crecimiento de la eurozona tras la gran crisis financiera de la década pasada. Por el contrario, su sucesora, Christine Lagarde, vio cómo en el verano de 2021 la inflación se situaba en un tasa idéntica a la de este agosto pero, menos de medio año después, todo el camino recorrido se truncó, una vez que la guerra de Ucrania propulsó el IPC a tasas de dos dígitos. Los imprevistos siempre pueden surgir, y hay componentes de la inflación actual, en especial los servicios, cuyos precios siguen inusualmente altos.

No obstante, el Consejo de Gobierno, aunque persisten las discrepancias en su seno, puede trazar una hoja de ruta fiable de rebajas de tipos. Tras el recorte de septiembre, la inflación da margen para bajar las tasas hasta situarlas entre el 3% y el 2,5% en 2025. Esa reducción del precio del dinero está en condiciones de suponer un ayuda muy valiosa para la economía comunitaria, ahora lastrada por la debilidad alemana.

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