
Tanto EEUU como Europa cierran una positiva temporada de resultados, pero con efectos a futuro completamente dispares. Al otro lado del Atlántico, la previsión para el conjunto de 2024 atribuye un avance del 11% en los beneficios empresariales.
En el Viejo Continente ese pronóstico desciende al 1,8%, desde el ya reducido 3% que se vaticinaba en junio. Es inevitable que se abra esa brecha dado que no solo las ventas crecen más rápido en la primera potencia mundial; también los márgenes de las firmas estadounidenses aumentan a mayor ritmo –diez puntos más– que los propios de sus homólogas europeas. A todo ello debe sumarse la posibilidad de que la debilidad alemana provoque en el Viejo Continente una desaceleración mayor de lo esperado a inicios de año.