Opinión

La financiación innovadora que África necesita

  • El hambre se erradicará con coordinación de los gobiernos y el sector privado

El último informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI 2024) lanzado esta semana por cinco agencias y programas de Naciones Unidas -FAO, FIDA, PMA, OMS y UNICEF- nos deja claro que África enfrenta una crisis alimentaria sin precedentes. Desde 2015, el hambre ha aumentado de manera constante en el continente, y en 2023, más del 20% de la población enfrentó hambre, mientras que el 58% sufrió de inseguridad alimentaria moderada o severa. Estas cifras duplican el promedio global, destacando la gravedad de la situación en la región.

El aumento del hambre en África se debe a la confluencia de tres factores principales: conflictos, extremos climáticos y desaceleraciones económicas, a menudo ocurriendo simultáneamente. La incapacidad de muchos países africanos para acceder a financiamiento asequible agrava aún más la situación, impidiendo la implementación de políticas y programas necesarios para combatir el hambre y la malnutrición.

Para revertir esta tendencia, es crucial adoptar enfoques innovadores y equitativos en la financiación. Observamos que los países con el nivel más alto de inseguridad alimentaria a menudo son los que tienen menor acceso a la financiación. El informe a este respecto además subraya la necesidad urgente de una definición clara y común de lo que constituye financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición. Esta definición facilitaría la movilización y asignación efectiva de recursos, permitiendo identificar áreas subfinanciadas, asegurar la rendición de cuentas y rastrear la efectividad de las intervenciones financiadas.

El informe también destaca la necesidad de una mayor coordinación entre los actores públicos y privados, y de una mayor tolerancia al riesgo por parte de los donantes internacionales. Los sistemas agroalimentarios operan bajo riesgos e incertidumbres que aumentarán con el tiempo, lo que requiere un enfoque más audaz y coordinado para abordar estos desafíos.

África necesita un aumento significativo en la financiación dirigida específicamente a sus necesidades. Esto incluye el apoyo para superar los obstáculos en el acceso a financiación asequible y la implementación de soluciones innovadoras y equitativas que puedan aumentar la financiación en los países donde el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición son más alarmantes.

El informe identifica varias estrategias prometedoras e innovadoras que pueden emplearse para aumentar la financiación, especialmente en países afectados por los principales factores que impulsan el hambre. Estas estrategias varían según la capacidad de cada país para acceder a financiación y están detalladas en el informe.

En resumen, el informe hace un llamado a la acción en tres frentes principales: mejorar la coordinación y el consenso sobre lo esencial para financiar, incrementar la tolerancia al riesgo, y promover una financiación combinada, bien dirigida y adecuadamente dimensionada. Solo a través de un esfuerzo concertado y global, que incluya tanto a gobiernos como al sector privado, podremos aspirar a un futuro donde el hambre sea solo un recuerdo del pasado.

El tiempo es esencial; debemos actuar ahora para asegurar que el objetivo de erradicar el hambre para 2030 no se convierta en una promesa vacía. África necesita nuestro apoyo.

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