
Los bares y restaurantes españoles dejaron por completo atrás la pesadilla que supusieron las restricciones de la actividad en interiores, y la limitación de desplazamientos, ligadas a la pandemia.
Ahora, en medio de otra temporada turística que se prevé histórica, el sector ve factible un avance del 5% en su facturación, en línea con el 8% que se logró en el verano de 2023. Es cierto que el futuro no está exento de retos, como la aún alta inflación o, especialmente, las dificultades para encontrar mano de obra preparada. Ahora bien, la hostelería aún tiene margen para afrontar un alza de sueldos que no merme su rentabilidad.
Por tanto, mientras la fortaleza del consumo interno y del turismo acompañen, estos negocios gozan de una base sólida para seguir al alza.