Opinión

Del 'show' de 'Puigdi' al referéndum

  • Ha demostrado que sigue marcando la política de Cataluña reviviendo el Procés de hace siete años
  • Si el protagonista del show era Puigdemont el promotor del espectáculo es Pedro Sánchez con sus múltiples cesiones a los chantajes del independentismo

Todo sucedió conforme al guion del el prófugo, con sus dosis de suspense barato, incluidas. Puigdemont -Puigdi en familia- el delincuente fugado de la Justicia hizo todo lo que tenía planeado y algunos dicen que acordado. Llegó, dio su mitin plagado de los mismos mensajes tan manidos como trasnochados, y desapareció. Pero montado el circo y visto el show las preguntas son incuestionables: ¿Estaba pactado el sainete de Houdini? ¿Se trata de "juego de políticos" como lo ha definido una alto responsable de los Mossos? Y, sobre todo ¿ahora qué?

Una carrera de obstáculos para Illa

Puigdemont y sus acólitos sabían que no podían impedir la investidura de Salvador Illa, sólo retrasarla. Pero aún así ha conseguido tener su último día de gloría, algo esencial para un megalómano impenitente como él, además de robar el protagonismo a los novios de la investidura, ridiculizar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y humillar nuevamente a España con imágenes más propias de las dictaduras bananeras que de una democracia consolidada transmitidas a nivel mundial ante la pasividad, y en círculos políticos solventes no se descarta que con la complicidad, de Pedro Sánchez. Los mismos que aseguran que Puigdemont la noche anterior ya durmió en Girona pese a la orden de detención que había contra él y denuncian el silencio sospechoso del Gobierno.

Porque no nos engañemos, si el protagonista del show ha sido Puigdi, el promotor del espectáculo es Pedro Sánchez, el presidente del gobierno de España, que fue es y sigue siendo el responsable principal de este esperpento con los indultos y la despenalización de la sedición, primero, y después con una ley de amnistía redactada por lo abogados de los delincuentes, con sus múltiples cesiones a los chantajes de los independentistas y humillándose ante ellos aceptando negociar fuera del territorio nacional y con un mediador internacional pagado con el dinero de los españoles.

El mismo Pedro Sánchez al que ahora Puigdemont ha vuelto a echar una mano temporal desviando la atención informativa sobre los casos de Begoña Gómez y del hermanísimo, sobre el caos ferroviario, sobre la deficiencia de los servicios públicos, la recesión encubierta de la economía, el agotamiento del mercado laboral y, sobre todo, sobre el vergonzoso acuerdo firmado con ERC para investir a Illa.

Un concierto económico que, de facto, supone la concesión de la independencia fiscal a Cataluña y una voladura inconstitucional del sistema de solidaridad fiscal entre los territorios de España y de la igualdad entre los españoles. Suprimir del sistema de la parte correspondiente a Cataluña implicaría una importante deterioro de la sanidad, educación y del resto de servicios sociales en el resto de Comunidades robando a los pobres para dárselo a los ricos.

Por eso la gran cuestión pendiente es ¿y ahora qué? Puigdemont ha demostrado que sigue marcando los tiempos en Cataluña, que el Procés continúa y está vivo y que el próximo capítulo del culebrón es el referéndum. Porque nadie en este país, salvo los más cafeteros o los estómagos agradecidos, duda que si ese es el precio que Sánchez deberá pagar por mantener los votos que necesita en el Congreso de los Diputados para agotar una legislatura tan infame como inoperante, lo pagará, sin dudas ni remordimientos.

Tanto Junts como ERC son conscientes de que sus votos en el Congreso siguen tendiendo la llave de la legislatura y del gobierno del Estado. Una llave que, salvo imprevisto, no va a abrir una moción de censura en Madrid, porque sólo con Sánchez pueden conseguir su objetivo final, que es el referéndum de autodeterminación. Por eso no van a dejar caer a Sánchez pero sí amargarle la legislatura impidiendo la aprobación de nuevas leyes, decretos o cualquier iniciativa del sanchismo gobernante, incluidos los Presupuestos Generales del Estado. El drama de un país paralizado y sometido a la extorsión consentida de quienes quieren destruirlo para que Sánchez pueda seguir durmiendo en La Moncloa.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky