El Gobierno central se verá forzado a asumir un ajuste extraordinario de unos 3.000 millones como consecuencia del mayor déficit en el que incurrirán las comunidades autónomas en este ejercicio.
Según la Autoridad de Responsabilidad Fiscal (AIReF) las regiones cerrarán con un desequilibrio del 0,3%, dos décimas por encima de lo previsto en la senda fiscal del Ejecutivo para cumplir con el 3% comprometido con Bruselas. El retroceso de los ingresos pero, sobre todo, el incremento mayor del gasto al estipulado en varias autonomías será lo que impulse al alza el descuadre de las cuentas. A la vista está que esta indisciplina fiscal tendrá un alto coste para las arcas públicas. Urge, por ello, una gestión más responsable por parte de los gobiernos regionales.
