Opinión

Francia desestabiliza la eurozona

  • Los candidatos que concurren este domingo cierran los ojos a las reglas fiscales y propician más alzas del gasto

Las elecciones legislativas a las que Francia se enfrenta, con la celebración mañana de su primera vuelta, se plantea como un enfrentamiento entre polos opuestos.

La debilidad con la que concurre el partido ligado al presidente Emmanuel Macron hace que todas las encuestas otorguen la primera posición a la derechista Agrupación Nacional y la segunda, al Nuevo Frente Popular que aglutina la izquierda.

Sin embargo, pese a las evidentes diferencias, ambas formaciones presentan un denominador común económico y presupuestario (en el que también cabe el programa de la formación de Macron). Se resume en el modo en que los principales candidatos cierran los ojos al desbocamiento que presenta el déficit público (que ya superó el 5% en 2023), al tiempo que proponen medidas que elevan todavía más el gasto público.

Es cierto que caben matices, y es la izquierda la que lleva al extremo es tendencia con promesas como una educación por completo gratuita, al tiempo que aboga por alzas de impuestos que ahogarán aún más la economía. En cuanto a la derecha es lógico que también inquiete a los mercados. Aun cuando hace tiempo que Le Pen dejó atrás su discurso antieuro, que tanto daño le hizo en 2017, proyectos como volver a indexar las pensiones al IPC amenazan con mayores incrementos del déficit y la deuda.

Constituye una irresponsabilidad que los políticos de un país sin el que la UE no resulta concebible se desentiendan del expediente que Bruselas ya ha abierto a París, en el momento en el que las reglas fiscales vuelven a estar vigentes. Una actitud así amenaza, en el medio plazo, con volver a colocar el futuro mismo del euro en medio de una crisis financiera semejante a la iniciada en 2012.

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