
La legislación laboral española es una de las más restrictivas en cuanto al trabajo más allá de la jornada ordinaria. Así, el límite de horas extra está situado en las 80 horas anuales, una cifra que está muy alejada de las 150 horas de media de Europa, y que provoca graves dificultades a las empresas en algunos sectores.
Es el caso de la construcción, por ejemplo, donde la limitación impide terminar obras, lo que encarece los costes finales. Los sindicatos y la patronal ya negocian con el fin de incrementar ese límite hasta situarlo en cotas más cercanas a la media de nuestros vecinos comunitarios. En caso de concretarse, reducir la desmedida rigidez actual en horas extra sería sin duda una medida acertada, que favorecería tanto a las empresas como a los propios trabajadores.