
Talgo no entregará a tiempo el mayor pedido de su historia. Un encargo de la alemana Deutsche Bahn por 23 trenes firmado en 2019. Contrato que se amplió en 2023 con un segundo pedido de 56 unidades más, lo que eleva la cifra total hasta 79.
No es la primera vez que Talgo incumple los plazos. De hecho, la firma acumula tres años de retraso en la entrega de trenes de alta velocidad a Renfe, lo que le ha generado una penalización de 167 millones. Aunque en el caso de Deutsche Bahn se desconoce la cuantía exacta de la sanción, es previsible que la demora de Talgo acarree una importante multa.
Esto dificultará aún más la operación de cambio accionarial que la compañía afronta. Un proceso que ya atraviesa graves dificultades al enfriar Criteria su entrada en Talgo. El brazo inversor de La Caixa es el caballero blanco que el Gobierno busca para evitar la opa de la húngara Magyar Vagon. Una opción que el Ejecutivo rechaza pese a que Hungría es un país de pleno derecho de la UE. Pero Criteria supeditó su incorporación al capital de esta empresa a la participación de un socio industrial que aportara conocimiento e infraestructura a Talgo.
Algo lógico dada la necesidad de espacio del fabricante de trenes para cursar todos los pedidos actualmente en marcha. El problema es que el socio que Criteria reclama no aparece y la única opción a día de hoy es la checa Skoda Transportation, que podría echarse atrás ante una nueva sanción a Talgo por su retraso en Alemania. En este contexto, la única salida es la opa de Magyar Vagon. Una opción difícil ante el veto del Gobierno. El cambio accionarial de Talgo sigue así sumido en una total incertidumbre, pese a la urgente necesidad que la compañía tiene de contar con un socio que resuelva sus problemas de capacidad.