
Los economistas y el consenso del mercado están convencidos de que el BCE acometerá la primera bajada de tipos de interés el próximo 6 de junio. En concreto, estiman que el precio del dinero se reducirá en 25 puntos básicos, tras prácticamente anunciarlo el propio eurobanco en fechas recientes.
Este primer recorte, tras el agresivo ciclo de subidas que han llevado los tipos del 0 al 4,5% en menos de dos años, impulsará las bolsas y la renta fija y debilitará el euro. También abaratá las hipotecas, aunque su impacto será limitado. En concreto, la primera rebaja reducirá en 227 euros al año un préstamo medio.
Con todo, la gran duda reside en qué camino tomará el BCE con los tipos durante el resto del año. Ello debido a que el proceso de desinflación, aunque ha sido rápido y potente, se ha atascado y aleja la opción de alcanzar el objetivo del 2% a corto plazo. A ello contribuye la mejora de la economía y el alza de los salarios en el primer trimestre del 4,7%, la mayor en 30 años, que han inyectado gasolina de nuevo a los precios.
Así, la inflación de la eurozona de mayo escala dos décimas, una más de lo esperado, hasta el 2,6%. Por si fuera poco, la tasa subyacente (sin los elementos más volátiles de la variable) sube en la misma proporción, hasta el 2,9%, cuando la previsión de los analistas era que se quedase en el 2,7%. El comportamiento de los precios, por tanto, impide cantar victoria al BCE y le obliga a ser muy cauteloso en los próximos meses debido a que un exceso de recortes de tipos podría volver a disparar la inflación.
Así lo estima también el mercado que ha pasado de prever hasta ocho recortes de tipos en el año a solo dos. Europa, por tanto, está abocada a un lento proceso de bajada de tipos, que tendrá un impacto limitado en la economía.