Opinión

Mercados de confianza hasta que la tormenta escampe

  • Las empresas buscan clientes y oportunidades de negocio en las que confían, donde existe transparencia y la colaboración es mutua

Lo dijo Voltaire: lo mejor es enemigo de lo bueno. Ante la creciente tensión geopolítica, las empresas prefieren mercados de confianza y aparcar para un mejor momento las oportunidades de la globalización.

Está ocurriendo en todos los sectores. Buscan clientes y oportunidades de negocio en las que confían, donde existe transparencia y la colaboración es mutua. Prueba de ello es que, pese a la desaceleración económica de la Unión Europea en el año 2023, han subido las exportaciones a nuestros principales mercados europeos, como es Alemania, Italia o Polonia con cifras récord. También se ha producido este fenómeno en otros mercados como Reino Unido o Marruecos.

Las empresas españolas disfrutan de una situación sólida en el mercado internacional, sobre todo, en sectores como turismo, transporte, industria farmacéutica o energías renovables. De hecho, la base exportadora crece de forma sostenida y tenemos unas 44.000 empresas que exportan de forma regular, según datos oficiales. La UE es el destino de casi dos terceras partes de nuestra exportación de productos, el 62,6% de los 380.209 millones exportados en 2023.

En Occidente, y gracias a nuestra situación geográfica, la empresa española tiene su "mercado amigo", zonas con las que nos unen lazos históricos, culturales, lingüísticos y de proximidad, además del propio continente europeo. Mercados hermanos como el latinoamericano se presenta como un gigante económico en potencia, con 650 millones de habitantes. O EEUU, con un enorme potencial (330 millones de posibles clientes) y una gran cultura de consumo y poder adquisitivo elevado.

Los alimentos españoles, sobre todo, el aceite de oliva y el vino, gozan de un gran prestigio, lo que ofrece una envidiable puerta de entrada. Igualmente, el norte de África es para España un mercado estratégico a medio plazo por lo que supone de puerta al continente. Sobre todo, para las pymes españolas. Es un área en expansión, con una población que llegará 1.700 millones dentro de seis años, según las previsiones. La creciente clase media africana posee cada vez más poder adquisitivo y demanda más bienes y servicios con especial interés en los que proceden de fuera. Países como Marruecos, Argelia y Túnez facilitan las exportaciones españolas a esta región por su proximidad geográfica y los acuerdos comerciales existentes.

Intensificar estos tratados en zonas de influencia española es fundamental para proteger y potenciar la internacionalización de la empresa española. Debe formar parte de una auténtica política de Estado, en la que también se incluyan acciones públicas concertadas en el plano internacional contra la práctica, cada vez más lesiva, de la discriminación internacional de precios que genera el dumping. Son necesarias medidas para impulsar la internacionalización de las empresas medianas y pequeñas, la productividad y la innovación. Hay que mejorar las infraestructuras y hay que dotar de flexibilidad el mercado laboral, junto con políticas que apoyen la diversificación de mercados y la promoción de las exportaciones españolas. Por ello, es preciso dotar de recursos a las instituciones públicas dedicadas a la promoción de la internacionalización de las pymes y aplicar incentivos fiscales, como en otros muchos países, que sirven para ser más competitivos en la actividad internacional.

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