
Recientemente hemos vivido uno de esos momentos que se te quedan grabados para siempre en la mente y que pasan a formar parte de la historia, porque si hay algo que define a una organización es la gente que forma parte de ella. Carmen es la viva imagen de mujer trabajadora. Su historia, a través de diferentes épocas es digna de admiración. A lo largo de los años ha luchado por sacar adelante sus distintos negocios.
Esta socia a la que hemos otorgado este certificado de reconocimiento en Sevilla nació en el mismo año que estalló la guerra civil. Con tan solo diez años, en plena posguerra, empezó a trabajar ayudando a su padre en un humilde comercio de perfumería ubicado en el barrio sevillano del Porvenir.
Durante años, compaginó sus estudios con el trabajo. De hecho, tras el fallecimiento de su padre y hasta que se casó a los 25 años, siguió trabajando en el negocio familiar. Posteriormente, tras casarse, empezó a trabajar con su marido en el negocio de éste llevando a cabo distintas tareas de ventas, mantenimiento y reparación de material de oficina.
Incansable es sin duda el adjetivo que mejor define a Carmen, nuestra socia. Siempre a la sombra de una figura masculina hasta ese momento, sobre el año 1980, ella y su marido empezaron a ser proveedores de material para hospitales en el sector del catering, de la cocina y de artículos de uso doméstico. Unos años después, Carmen se dio de alta como autónoma para poder tener una prestación por jubilación en el futuro.

En la actualidad, está de baja laboral y su doctor quiere tramitar su jubilación en cuanto le dé el alta médica, a pesar de la negativa de ésta, porque quiere seguir trabajando. Carmen tiene 89 años.
Orgullo
Si algo tenemos claro desde ATA es que es un orgullo contar con asociados de este nivel, por su labor y empeño. Es un ejemplo para todas las mujeres y hombres autónomos de nuestro país.
Desde que nacimos en 1995 han sido muchas las historias que nos han impactado. Porque si algo nos ha gustado desde el primer día es estar codo con codo apoyando al autónomo. Nacimos cuando no había nada para los autónomos. Y nada es que se pagaba y se pagaba y sólo se tenía derecho a una jubilación, tirando a escasa, y "al hospital" como decían los primeros socios.
La Federación Nacional empezó siendo una asociación de pequeños comerciantes en Córdoba, cuando "cuatro locos" imaginaron un futuro con derechos para los autónomos. Y empezaron a trabajar, a unirse, y cuanto más conseguían, más autónomos se sumaban… hasta hoy.
ATA es ya la asociación más representativa en España, formamos parte de SME United, el organismo europeo de las pequeñas empresas, parte de CEOE, la casa de todos los empresarios; e integramos a más de 300 organizaciones sectoriales y territoriales, tenemos 290.000 socios de cuota y representamos a más de 600.000 autónomos. Pero, sin embargo, lo que más nos llena como organización son las historias como las de Carmen, así como el poder ayudar personalmente y de forma cercana a una persona en sus problemas diarios.