El comportamiento de la inflación en EEUU se ajustó a lo previsto por los economistas en tasa interanual. Así, el IPC general cayó una décima, hasta el 3,4%. En cuanto a la tasa subyacente (sin energía y alimentos frescos) descendió un 0,2% hasta el 3,6%, el nivel más bajo en tres años.
La sorpresa estuvo en el IPC intermensual con un alza del 0,3%, una décima menor a lo esperado y a lo marcado entre enero y marzo. Tras un arranque de ejercicio en el que los precios volvieron a encender las alarmas, esta última lectura supone un balón de oxígeno para la Fed. Un pequeño alivio que ha impulsado las bolsas y que lleva a los mercados a estimar que el banco central podrá recortar dos veces el precio del dinero en el año, tras venir descontándose apenas bajada y media.
