
El Consejo del Sabadell lanzó un contundente mensaje de rechazo a una operación con BBVA porque considera que no le aportan valor, de acuerdo con su opinión, ni al balance de la entidad y ni a sus perspectivas de crecimiento. Además, la entidad catalana dejó claro que prefiere seguir siendo independiente.
Ante esta posición, el banco vasco tiene ahora dos caminos a seguir, aunque ambos tienen escasas posibilidades de éxito.
El primero sería mejorar la oferta por Sabadell, aumentando la cuantía ofrecida por acción o incluyendo una parte del pago en efectivo. Si opta por ello, BBVA dispone de 5.000 millones para comprar Sabadell y aumentar la prima para el inversor sin comprometer sus objetivos de solvencia. Ahora bien, dicha cantidad tampoco parece suficiente para convencer al máximo órgano de gestión de Sabadell que argumenta que prefiere seguir en solitario y no está dispuesto a dialogar si la oferta no es del cien por cien en cash (12.000 millones) más la prima. Además, la alta exposición de BBVA a países emergentes y más inestables desde un punto de vista jurídico (Turquía y México) tampoco es del agrado de Sabadell.
El BBVA podría también optar por lanzar una opa hostil sobre la entidad catalana.Pero dicho paso es poco habitual, además de que contraría la política tanto del Banco de España como el BCE, debido a la ya limitada competencia que existe en España, con solo una decena de bancos nacionales. Todo lo anterior refleja que las posibilidades de la entidad vasca de cumplir su objetivo de absorber al Sabadell son limitadas. A ello contribuyó la catastrófica estrategia del presidente de BBVA, Carlos Torres, al lanzar la oferta sin antes consultar ni con la cúpula del Sabadell ni con el Banco de España.