
*Por Manfred Weber, presidente del Grupo PPE en el Parlamento Europeo, y Dolors Montserrat, vicepresidenta del Grupo PPE y portavoz del PP en el Parlamento Europeo
Cada vez más, desde la Unión Europea estamos haciendo un gran esfuerzo para que la salud sea también una política europea. Creemos en una Europa donde todos los ciudadanos tengan acceso rápido e igual a los mejores tratamientos; donde los profesionales sanitarios y los investigadores obtengan los recursos que necesitan; donde contemos con una industria sanitaria y farmacéutica fuerte y que no dependa de países terceros; donde contribuyamos a preservar y mejorar nuestros grandes sistemas sanitarios de salud. En definitiva, como defendemos desde el Partido Popular Europeo, una UE donde situemos el bienestar de las personas en el centro de todo lo que hacemos: la UE para la Salud.
No partimos de cero. En la legislatura que acaba ahora se han sentado los pilares sobre los que se está construyendo esta nueva Unión Europea, especialmente, con el impulso que supuso enfrentarnos juntos a la pandemia de Covid-19, cuando se logró una vacuna en un tiempo récord para todos los europeos.
También aprobamos el Plan Europeo contra el Cáncer, con un fondo especial de 4.000 millones de euros. Además, el Parlamento ha aprobado la propuesta de reforma de la legislación farmacéutica para avanzar en el acceso a los mejores medicamentos y terapias avanzadas, incentivar la investigación de necesidades médicas no cubiertas (como enfermedades raras o neurodegenerativas, cáncer infantil o resistencias antimicrobianas) y mejorar los sistemas de salud.
Y el Espacio Europeo de Datos Sanitarios, que supone un gran avance en la calidad y la eficacia de la asistencia sanitaria, ya que facilita el acceso a los datos sanitarios y su intercambio a través de las fronteras.
Pero no es suficiente. Además de consolidar estos logros, en los próximos cinco años queremos culminar la construcción de la Unión Europea de la Salud. Nuestra capacidad de innovación es la clave.
Europa debe ser el lugar del mundo donde se desarrollen las mejores terapias, donde formemos a los mejores médicos y enfermeras y donde nazca la próxima generación de pioneros de la investigación médica y la innovación farmacéutica. Debemos trabajar juntos para prevenir y gestionar mejor las amenazas transfronterizas para la salud, reforzar nuestros sistemas sanitarios y diversificar nuestras cadenas de suministro para evitar la escasez de medicamentos o equipos médicos, apostando fuertemente por un sector sanitario y farmacéutico estratégico, líder y autosuficiente.
Y queremos poner en el centro otras enfermedades que, como el cáncer, afectan a millones de europeos: desarrollar un plan europeo para hacer frente a la enfermedad de Alzheimer, la demencia y la enfermedad de Parkinson; un Plan Europeo de Salud Cardiovascular, ya que son la principal causa de muerte en la UE; y un Plan de Acción de la UE para la Salud Mental que contribuya a un mejor acceso a apoyo psicológico asequible y de calidad.
En definitiva, en la próxima legislatura Europa se ha de apostar por la investigación e innovación sanitaria, por la salud y por el bienestar. Es decir, por la legislatura europea de la salud.