Opinión

El mal ejemplo de la Generalitat catalana

Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Cataluña

El Govern catalán no solo se permite abrir nuevas emrpesas públicas, sino también remunerar con especial generosidad a sus responsables. Nadie debería cuestionar la necesidad de ofrecer sueldos con cuantías suficientes para atraer talento a las Administraciones.Ahora bien, llama la atención que una autonomía con graves problemas para afrontar su deuda, y que solicita una condonación, remunere al responsable de Aeroports de Catalunya por encima del nivel del presidente Sánchez, pese a gestionar tres aeropuertos de ínfimo tamaño. Es llamativo también que la eléctrica pública catalana pague sueldos propios de ministros cuando apenas tiene aún actividad. La Generalitat hace gala de una ejemplaridad nula en cuanto a la gestión de sus empresas.

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