
El trabajo de la aún vicepresidenta Nadia Calviño durante la presidencia europea de España ha ayudado a que los Veintisiete hayan alcanzado consensos con la inmigración y con el regreso de las reglas fiscales a la eurozona. Pero es innegable que esto último supone todo un reto para nuestro país. En concreto, la medida acordada de exigir a los estados miembro más endeudados, como es el nuestro, un recorte anual del déficit del 0,4% del PIB supondrá un ajuste extra de 5.700 millones en 2025. Un esfuerzo que no hubiera sido necesario si el Gobierno de coalición hubiera aprovechado los años post-Covid de elevado crecimiento y recaudación récord para recortar el gasto público y prepararse para la vuelta de las normas de gobernanza en la UE.