
Los títulos de Inditex han recuperado máximos históricos que no se hollaban desde 2016, superando incluso los 37 euros. La unanimidad en confiar en las acciones de la firma de Arteixo es tan grande que a comienzos del trimestre alcanzó otro hito histórico al conseguir por primera vez en su historia que todos los analistas que la siguen se desvistiesen de la recomendación de venta.
La pregunta que se hacen los inversores es hasta dónde confiar en el proyecto que discretamente está pilotando Óscar García Maceiras, que arrancaba con la titánica tarea de sustituir al frente del timón a Pablo Isla. Maceiras está reescribiendo la historia de Inditex, y por fortuna lo está haciendo desde la gestión, renunciando a esa vocación periodística que tuvo de joven que obliga a ser testigo y no artífice de la realidad.
La valoración potencial que hace la media de mercado lleva los títulos de Inditex hasta los 38,5 euros. Pero para mí la valoración a doce meses de una compañía es como el resultado neto de un año: una opinión. Sólo la generación de flujo de caja de distintos ejercicios es la realidad de una empresa.
En los más de veinte años bursátiles de Inditex el crecimiento ha sido el motivo que ha debido conducir a la mayor parte de decisiones de inversión. Sin embargo, en los últimos años el título se ha ido equiparando al híbrido perfecto de retribución y crecimiento en la bolsa española: Iberdrola. De no ser por la vertiginosa subida que ha tenido en mercado Inditex y el estancamiento de Iberdrola, la retribución de la textil superaría ya la de la energética.
Pero donde está la verdadera diferencia entre los dos valores perfectos como híbridos de retribución y crecimiento es en la segunda designación en favor de la textil. El año pasado Inditex hizo poco más de la mitad del beneficio bruto que alcanzó Iberdrola (13.228 millones de euros), que además estuvo a punto de lograr la primera posición de ganancias de la bolsa española al superar a Telefónica, pero que en la recta final del año se vio superada por Repsol por los atípicos resultados generados por el elevado precio del petróleo.
Pero la mejora del ebitda de Inditex frente a Iberdrola es progresiva, si continúa expandiendo, en un sector tan atomizado en el mundo, su envidiable modelo mixto de tienda física y venta digital con el inigualable éxito de acertar casi siempre con sus colecciones y la eficiencia logística que toda la distribución querría tener.
A Iberdrola le queda más de un lustro por delante en el que defenderá el maillot rojo de vencedor de la Vuelta a España de generación de beneficios brutos. Para el año que viene doblará los 15.000 millones. Mientras tanto Inditex tendrá que desbancar del podium a Repsol y a Telefónica. Entre 2026 y 2027 es algo que ocurrirá. Atacar al maillot rojo de Iberdrola le llevará más tiempo. El tiempo nos dará o quitará la razón.