Steve Jobs dejó escrito que "la tecnología no es nada", y que lo importante es tener fe en las personas porque "si les das herramientas, harán cosas maravillosas con ellas".
Sus palabras cobran especial significado en un momento en el que las empresas españolas, sobre todo las pequeñas y medianas, enfrentan un escenario de incertidumbre en el que, además de tener que ser competitivas, deben ajustar sus procesos a estándares nacionales e internacionales, entre otras áreas, la del cumplimiento normativo o compliance, con el trabajo y el coste añadido que eso supone.
Y en este marco, quienes como registradores desempeñamos nuestra labor desde el servicio público estamos obligados a promover herramientas que pongan la tecnología al servicio de un tipo de compañías, las pymes, que suponen más del 95% del tejido empresarial y que generan el 90% del empleo.
Una de ellas es la Plataforma de Compliance -área que vela por el cumplimiento de la legislación vigente- que el Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, Iberdrola, Deloitte y el Instituto de Oficiales de Cumplimiento (IOC) han impulsado de forma conjunta. Entre los grandes objetivos, hay uno especialmente relevante: estimular la inversión en el ecosistema empresarial español y beneficiar a las pymes que forman parte de la cadena de valor.
Como ejemplo de cómo se puede avivar el ecosistema nacional y ayudar a pequeñas y medianas empresas, basta citar iniciativas legislativas europeas como la nueva Ley de debida diligencia en la cadena de suministro, diseñada para prevenir las violaciones de los derechos humanos y de la legislación medioambiental.
La normativa, aplicable en todos los países de la Unión, obligará a realizar controles estrictos. Y no sólo eso. Se exigirá a las empresas de la UE que auditen a sus proveedores a lo largo de toda la cadena de suministro global, incluyendo todas las relaciones comerciales directas e indirectas, para comprobar que todas las empresas que la integran también cumplen. Y esto afecta a las pymes españolas.
La Plataforma de Compliance se presentará ante las pymes como un instrumento con el que atajar los problemas de uniformidad en el almacenamiento de la información de 'compliance', así como el coste derivado en términos de tiempo y de procedimiento.
Además, estas compañías se verán beneficiadas en la medida en que la Plataforma permitirá sustituir el costoso proceso de envío y recepción de información, que actualmente ha de realizarse de forma manual empresa por empresa, por una sencilla consulta a esta plataforma digital. Del mismo modo, las pymes que formen parte de la cadena de valor de grandes compañías podrán fortalecer su relación con otras entidades de la Unión Europea y acceder a nuevas oportunidades de negocio.
Poner el foco en nuestra pequeña y mediana empresa es un objetivo estratégico de país. Más aún si se tiene en cuenta no sólo su relevancia en el tejido económico y en la configuración de nuestra sociedad, sino las barreras de acceso de estas compañías a la economía circular. Los datos así lo muestran.
Datos como los contenidos en el reciente estudio realizado por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de la Fundación 1º de Mayo (F1M-ISTAS) de CCOO y Ecoembes, titulado "Economía circular: barreras y dinamizadores para su implementación efectiva en la pyme". Las conclusiones son contundentes: la falta de información y financiación obstaculiza la transformación verde de las pequeñas y medianas empresas españolas.
En este contexto, y con la ley europea exigiendo a toda nuestra cadena de valor una adaptación urgente a leyes y normativas comunitarias, estamos en disposición de proporcionar herramientas que atajen tanto la falta de medios para reaccionar de las pymes como la falta de información y de uniformidad.
El sistema registral español es ejemplo internacional y baluarte de la marca España precisamente porque trata de fomentarla en todas sus vertientes. Y destaca por sus avances en digitalización y en servicios digitales electrónicos porque considera que la tecnología debe estar al servicio de las personas, y no al revés. Jobs tenía razón cuando restó importancia a la tecnología por el mero hecho de ser lo que es; y también cuando definió la innovación: "Es la habilidad de ver el cambio como una oportunidad, no como una amenaza".
Registrador. Vocal de Innovación del Colegio de Registradores