El castigo a los sectores más acaudalados de la sociedad es una norma de este Gobierno. De hecho, los convirtió en los grandes financiadores de las rebajas fiscales destinadas a aliviar el impacto de la inflación en la sociedad.
Pese a este esfuerzo, Sumar pretende seguir por el mismo camino en la próxima legislatura. Así lo indica que pida introducir en el acuerdo de Gobierno que negocia con el PSOE un incremento de los tipos marginales del IRPF de cinco puntos, hasta el 52%, para aquellos con ingresos superiores a 300.000 euros anuales. Un nivel que, en caso de alcanzarse, sería el cuarto más alto de la UE y el sexto de la OCDE. Toda tasa que supere la mitad de los ingresos de los contribuyentes sólo puede recibir el calificativo de confiscatoria. Pero es que en España se deben tener en cuenta, además, los tramos autonómicos en el Impuesto de la Renta. Esto hace que en regiones como Valencia ya se pague un 54%. Pero la desventaja para los trabajadores españoles no queda ahí, ya que el nivel a partir del cual se considera que una renta es "alta" en nuestro país es casi la mitad que en el de nuestros vecinos.
Yolanda Díaz quiere que los sueldos más elevados paguen por IRPF más de la mitad de sus ingresos anuales
La demagógica y populista penalización fiscal reiterada de los sueldos más elevados es un error al alejar el fichaje de los puestos directivos del alcance de las empresas españolas, que no pueden ofrecerles las remuneraciones que exigen. Pero, además, desincentiva la permanencia de los trabajadores más cualificados en España, privando a nuestro país de todo ese capital intelectual. Asimismo, el mayor castigo a los mal llamados "ricos" ahuyenta a los inversores extranjeros, que se llevarán su dinero a otros territorios con menor voracidad recaudatoria y golpea a las personas con más recursos para invertir, lo que frena el estímulo económico.
