Opinión

El paro oculto en los contratos

Foto: eE

La situación del mercado de trabajo en España es un problema. Porque es el país con más paro de Europa y con mayor paro juvenil. El gobierno no puede ocultar esas cifras. Oculta, sin embargo, el número de fijos discontinuos inactivos, esto es, en desempleo, durante los periodos en los que no están ocupados. Bruselas ya ha señalado que los fijos discontinuos son desempleados si están disponibles para trabajar en sus periodos de inactividad. Pero no era necesario que Bruselas se manifestara sobre este punto porque resulta obvio, a pesar de que el ministerio de Trabajo los suprima de las estadísticas del paro.

Pero, además de esto, la precariedad en los contratos indefinidos se manifiesta en que, en su mayoría, son contratos a tiempo parcial involuntarios. Esto hace que, para obtener rentas suficientes, muchos trabajadores firmen más de un contrato fijo, aumentando la tasa de pluriempleo. Porque en estos momentos, en España, se precisa de dos empleos para obtener ingresos suficientes para eludir la pobreza.

Por otra parte, el aumento de la contratación a tiempo parcial supone que los trabajadores que están ocupados a media jornada o a jornada incompleta, también cotizan menos de lo que lo harían si estuvieran contratados a tiempo completo. Se generan así dos efectos perversos: por un lado, la Seguridad Social pierde ingresos y por otra parte, el propio trabajador ve reducidas sus expectativas de una cuantía suficiente de pensión. En efecto, si se trabaja menos horas, la cotización también se aminora y ello implica necesariamente que la base reguladora con la que se calculará su futura pensión, queda reducida.

Por tanto, la situación de precariedad del mercado de trabajo perjudica al trabajador ahora mismo y en el futuro en lo que se refiere a sus derechos de pensión. Por esta vía, la Seguridad Social reducirá gastos según aumente la pobreza relativa de los trabajadores que no encuentran empleo fijo a jornada completa y el panorama de futuro traerá pensiones más bajas.

El gobierno exhibe cifras de afiliación elevadas y las considera una prueba de que el empleo aumenta. Pero el gobierno solo habla de las contrataciones sin referirse a las horas de trabajo que cada contrato contempla. El número de trabajadores en alta no es un indicador de la situación del mercado de trabajo. Porque si los contratos firmados lo son por pocas horas, por jornadas reducidas, el total de horas trabajadas, esto es, el tiempo de trabajo total, o la potencia laboral completa, será menor de lo que el número de contrataciones señala.

Dicho de otra forma: no importan tanto las cifras que determinan el número de contratos firmados o los trabajadores en alta. Importa, sobre todo, el tiempo de trabajo efectivo que los trabajadores realizan. Porque esa es la fuerza de trabajo efectivamente empleada. Por tanto, altas cifras de afiliación o de contrataciones realizadas en un mes pueden ocultar y de hecho esconden un incremento del desempleo. Porque cada vez más, una gran bolsa de paro se oculta en los contratos.

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